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46 classes
¿Y qué decir de nuestra madre España, este país de todos los demonios en donde el mal gobierno, la pobreza no son, sin más, pobreza y mal gobierno sino un estado místico del hombre, la absolución final de nuestra historia?
39sexteto
Mucho nos dicta en la paraboleja de nuestra buena vieja Monseñor Interés. Sangró una ingrata cierto jayán de plata, enano Potosí, cofre de acero de un bobo perulero, a quien le dejó apenas sangre real en sus lucientes venas.
4octava
Aquí las enseñas fueron desplegadas, así de los reyes como de varones, y todas las naves de fecho entoldadas y vistos en pronto inmensos pendones: en unos las cruces, en otros bastones, en los otros pomas, lirios y calderas, en otros las jarras, en otros veneras, en otros castillos y bravos leones.
41copla_arte_mayor
aun del dardo herakleo muestras la roja herida por do salir no pudo la esencia de tu vida.
3couplet
Me duele este niño hambriento como una grandiosa espina, y su vivir ceniciento revuelve mi alma de encina.
5cuarteta
Para la boda el tiempo señalado Llegó en la hermosa luna de Giumada, Que trajo la apacible primavera A presenciar la fiesta y celebrarla. Al rojo amanecer de hermoso dia, Cuando del sol apenas esmaltaba La clara lumbre en la vecina sierra De la fragosa cima las pizarras, Después que el Almueden , de la mezquita En el alto alminar, con voces altas, No hay mas que un solo Dios, venid, ó fieles, A adorarle venid, ronco gritaba; El estruendo de trompas y atabales, Panderos, añafiles y dulzainas Anunciaron al orbe, que aquel dia Al júbilo y placer se destinaba. Mil cautivos cristianos recobraron Su libertad en tan feliz mañana, Que Almanzor generoso sin rescate Sus cadenas benéfico desata. Parientes del Hagib cien caballeros Con las marlotas de esplendente grana Y con blancas garzotas los turbantes Corren de la ciudad calles y plazas, En revueltos caballos berberiscos, Cándidos cual la espuma con que esmaltan Los frenos y pretales, adornados De cascabeles de sonora plata. Y desterrando el perezoso sueño Con la estruendosa y plácida alborada, "Viva", gritando van, "los claros nombres " De Abdimelik y Habiba edades largas." El pueblo en derredor de ellos se agolpa, Y repite los vivas, y engalana Pórticos, rejas, torres y azoteas Con alfombras, damascos y guirnaldas Y la alegría bulliciosa tiende Por toda la ciudad risueñas alas, Y cunde la confusa muchedumbre, Y en vivas á Almanzor se inunda el aura. Pues sus altas proezas, sus laureles, La gloria que su brazo da á la patria. La justicia y virtud con que gobierna, La protección con que el saber ampara, Su generosa condición, su aspecto, Su nombre y los recuerdos de su hermana, Cual genio tutelar le representan Al pueblo musulmán, que le idolatra. Cuando ya el sol sus rayos estendía, Abriéronse las puertas del alcázar Del potente Almanzor, saliendo de ellas Doce guerreros con lucientes armas. Eran los doce jeques y adalides, Que al Hagib en la guerra acompañaban- Y que á su lado con insignes hechos Dieran asunto al canto de la Fama. En lozanos corceles, que pomposos Pausados mueven la lijera planta, De dos en dos siguiendo un estandarte, Montes de acero, silenciosos marchan. Después veinte lindísimas doncellas, Que á las eternas Huris 7 deslustraran. Cubiertas hasta el pié de blanco lino. Con ricas tocas que hasta el suelo bajan, De azahares, y jazmines, y perpetuas, Y frescos arrayanes coronadas, Siguen, cantando deliciosos versos Al dulce son de sonorosas flautas. Unas llevan perfumes olorosos En braseros de esmalte y filigrana, Otras de flores lindos ramilletes, Otras de oro y marfil lijeras mazas. De este coro de vírgenes Kerima Era bello adalid, y descollaba Entre ellas en beldad y en gentileza, Como en el bosque la garbosa palma. En pos, cercados de altos personajes, Nobles matronas y gentiles damas, Los jóvenes esposos aparecen, Ofuscando del sol la lumbre clara. Habiba hermosa, cuya faz divina Como la rosa del abril temprana, Rojo matiz de pudoroso encanto De inestimable resplandor esmalta, Ostenta larga ropa rozagante De rica seda del color del alba. Do brillan, como brillan los luceros, Lazos de aljcSfar, flores de esmeraldas. Las luengas trenzas, que hasta el suelo llegan Aventajando al oro de la Arabia, Recoge en parte delicada toca, Y de Cándidas rosas la guirnalda; Y de ella pende, y por el aire ondea Gallardo velo de tejida plata, Prendido con un rico camafeo, Y un penacho gentil de plumas blancas. De gruesas perlas y zafiros lleva Cubierta la hermosísima garganta, Los bellos brazos, el pulido talle. La fimbria de la veste y las sandalias, Abdimelik la lleva de la mano, De los dulces afectos de su alma Dando indicios los ojos, en que brilla Del puro amor la inextinguible llama. El insigne Almanzor, á cuya vista Respetuoso el pueblo se postraba, Y Ornar, gloria también del Islamismo, A los tiernos esposos acompañan; Mostrando en sus semblantes generosos El gozo que en sus pechos se dilata, Y que el amor del mando y de la gloria Al paternal amor ceden la palma. El anciano Cadí 8 con verdes ropas, Pacífico semblante y luenga barba, Con ellos va, la pompa presidiendo, Y seis pajes en pos con alabardas Y entre un tropel, vistoso por sus trajes, De l í b e n o s , de esclavos y de esclavas, Treinta etiopes de atezados miembros, Y descubierta la anchurosa espalda, Y en los nervudos brazos y en los cuellos Fuertes argollas de bruñida plata, Llevan cargados los robustos hombros De cedro y de ciprés con grandes arcas, En que va el acidaque ü de la esposa, Y los ricos presentes y las galas Bajilias, telas, pieles y alcatifas, Que los deudos y amigos le regalan. Otros conducen en pequeños cofres , De azabache embutidos y de nácar, Ambares y perfumes, ricas joyas Y hermosas plumas de colores varias. Y cerrando esta grave comitiva Veinte mancebos en hileras marchan, Todos de las familias mas ilustres, Y del imperio todos esperanza ; Vestidos de morado, blanco y verde, Y amorosas empresas recamadas. Gallardos llevan con gentil despejo Al hombro las lijeras azagayas. Capitán de esta noble compañía, De muchos á despecho y con no extraña Sorpresa y con envidia, era el mancebo A quien su origen infeliz degrada. Mas Almanzor potente lo dispuso, Abdimelik lo quiso, y esto basta : Que el favor de tan altos personajes xiun montes mas difíciles allana. Por lo mejor de Córdoba atraviesa La rica y lucidísima comparsa, Hollando arena y esparcidas juncias. Olorosos mastranzos y espadañas; Y entre los vivas del inmenso pueblo, Que á p i é , á caballo, con vistosas galas, Se agolpa presuroso á todos lados, Y hierre en calles, pórticos y plazas. Y desde los terrados y alminares, Garridas moras olorosas aguas Y deshojadas flores dan al viento, Al mismo punto en que los novios pasan. Llegan á la magnífica mezquita, Que en medio de naranjos y de palmas, De Abderraman eternizando el nombre, Oscurecía al templo de la Caaba ; Y concluido el azalá escucharon Con gran silencio la leyenda santa, Que desde el almimbar 12 de cedro y oro Pronunció el Almocrí15 con voz pausarla. Abundantes limosnas repartieron, Cuando se terminaron las plegarias. A hospitales, hospicios y prisiones, A doncellas, á huérfanas y á ancianas. Y con toda la ilustre comitiva La mezquita dejaron, y la marcha Dirigieron gozosos á la Almunia, Do con su corte Hixcen los esperaba ; Pues aunque nunca los palacios deja Y encantados jardines de Zahara, Las riendas del gobierno abandonando De su valido al zelo y mano sabia ; Para mostrar de su favor lo firme, Y la tierna amistad que le consagra. Quiere á la boda y al nupcial banquete Con su presencia dar mas lustre y fama.
18romance_arte_mayor
O el lindo tocador de alguna hermosa coronaré en figura de botella, lleno mi hueco vientre de olorosa agua que pula el rostro a la doncella; l'eau véritable de colonia y rosa el rótulo en francés dirá a mi huella, que de su vida al fin tanto blasón ha logrado alcanzar Napoleón.
2octava_real
Mas sé bien que la rosa nunca a olmo pertenecerá ni la noche al día, ni un híbrido de mí querrá la yegua; y sólo alcanzo espinas de la rosa, en tanto que la impenetrable noche me esquiva por ser día y olmo y asno.
39sexteto
A mí se me da mu poco que er pájaro en la lamea se múe de un árbo a otro.
30soleá
Me conmueve la magia de tu gesto, mi cuerpo es ceremonia de la tierra hacia tu irrealidad que en mí palpita al ritmo de la vida y de la muerte. Descubro la razón de tu silencio en don de libertad, de humana senda.
39sexteto
Fea pintan a la envidia, yo confieso que la tengo de unos hombres que no saben quién vive pared en medio.
11cantar
Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano.
33terceto
En conjeturas varias divertido Aun Lara estaba en su sillón de roble. Disputando con Ñuño, y rodeado De escuderos y armados servidores Pero el vecino estruendo de herraduras. El crujir de las armas, los rumores De la confusa muchedumbre oyendo, A retirarse cauto se dispone; Y por dos escuderos sostenido Estaba ya de pié, cuando en desórden Ante él la mora y castellana gente, Y la caterva popular paróse. Lo advirtió, y levantando la cabeza, Vistió de dignidad su aspecto noble -, Y el anciano andaluz en él los ojos Clavando ansioso, en resonantes voces Dijo al tierno mancebo : Este es tu padre: " Ante sus plantas á arrojarte corre, " Y absorto el mundo al verte entre sus brazos, " La Providencia omnipotente adore. " No había terminado estas palabras, Cuando el mozo, dejando los arzones. Exclamó : Padre! y prosternado en tierra, Del ciego á las rodillas abrazóse. Al mismo tiempo conociendo Ñuño Al anciano, cual fuera de sí, rompe : " O Zaide!... ó bienhechor!...ó tierno amigo!" Y se arroja en sus brazos. Yerto, inmoble Lara quedó : la falta de los ojos Le sumerge en un mar de confusiones. De ambos moros la voz no le es extraña... Mas cuando al docto Zaide nombrar oye, Y siente que le estrechan unos brazos, Y repetir de padre el dulce nombre, Y que en sus manos trémulas se imprimen Unos labios de fuego; reconoce Toda su dicha, y embargada el alma, En el sillón sin fuerzas derribóse. Mudarra, Zaide, Ñuño, el arcipreste A darle auxilio en derredor se ponen ; Callando el pueblo, que asombrado mira Prodigios donde quiera y confusiones. Mas no volviendo Lara del desmayo, Retirarle de allí Ñuño dispone ; Y él y Mudarra del sillón asiendo, Al palacio le suben. Varios hombres De cuenta, el arcipreste y los hidalgos Le siguieron en pos. Zaide la orden De entrar en el gran patio da á los suyos, Y Ñuño, de que al punto se coloquen En el postigo aquel dos hombres de armas Y que á la multitud el paso estorben.
18romance_arte_mayor
¡Oh, qué hermosa os hizo Dios a vos, clara estrella que nos guía, María, protectora americana soberana Por eso la Corte indiana, tan llena de tus favores, os rinde aplausos y honores a vos, María soberana.
0ovillejo
Escóndete, carillo, y mira con tu haz a las montañas, y no quiero decillo; mas mira las compañas de la que va por ínsulas extrañas.
14lira
Cubra el cielo castellano los más encumbrados sotos, porque el ganado no pazca y muerto lo coma el lobo.
11cantar
Está el cielo colmado de tu gesto, la ciencia sin cimientos de la tierra es pensamiento oscuro de la muerte en la marea negra del silencio. La sensación del éxtasis palpita en la futura meta de mi senda.
39sexteto
Mas por eso non cesaron los fados de me mostrar, a fin de lo evitar, más daños, que non tardaron; que las tres Furias cantaron con la tronpa de Tritón, e con tan triste canción el mi sueño quebrantaron.
15octavilla
Tu boca fue hecha de tibios arreboles que no se van
8haiku
¿Quién puede llamarnos vieja? La espeja. ¿Y qué nos pule el carrillo? El brillo. ¿Si en la mirada no hay cruce? Reduce. De tal forma nos seduce la apariencia en el cristal, que cuando nos vemos mal la espeja el brillo reduce.
0ovillejo
Ya duerme el viento en la arboleda oscura, Pabellón de los plácidos senderos, Y entre las ramas de gigante altura Las frases que te dicen mi ternura Las trinan en sus nidos los jilgueros
32quinteto
y la primera oración es consultar el espejo, con notable sobrecejo de ver su misma visión;
19redondilla
Bellos vergeles para tí despiden Puros aromas de trebol lozano, Dulces perfumes de clavel y rosa, Blandos jazmines.
36estrofa_sáfica
¿Quieres que de ese néctar delicioso no te amargue la hez? Pues aspírale, acércale a tus labios, y déjale después.
23cuarteto_lira
Dirás que muchas barcas con el favor en popa, saliendo desdichadas, volvieron venturosas. No mires los ejemplos de las que van y tornan, que a muchas ha perdido la dicha de las otras.
4octava
Volvieron los esclavos, y la losa Levantando forzudos, descubierta Quedó un arca de cedro y ataujía, En una alfombra tunecina envuelta. Viéndola, dijo Zaide : "Aquí, Mudarra, " Están de tus hermanos las cabezas, " Que Giafar como bárbaro trofeo " Colocó de su alcázar en las puertas." " Yo las quité de allí, y en esta caja Las encerré entre aromas, y esta huesa Mandé labrar, plantando en su memoria Estos siete cipreses que nos cercan. " " Llevemos á tu padre estos despojos : Dulce reposo allá en su patria tengan Que aun después de la muerte es gran desdiclui Sufrir el peso de la extraña tierra." Arrojóse Mudarra sollozando Sobre el arca magnífica, la besa Y la humedece con su llanto. Zaide La alza y prosigue:" El tiempo no se pierda i Vamos, vamos al punto. La mañana Anuncia con su soplo el aura fresca; Y no es prudente que el cercano dia Dentro de este castillo nos sorprenda." Ambos dejaron el jardin siguiendo La caja funeral, y al patio llegan, Do á los preparativos del viaje Con grande actividad Zaide se entrega.
18romance_arte_mayor
Allí se fablaba de Proteselao y cómo tomara el puerto primero; allí del oprobrio del rey Menelao, allí de Tideo, el buen caballero, allí de Medea, allí del Carnero, allí de Latona, allí de Fitón, allí de Diana, allí de Anteón, allí de Mercurio, sutil mensajero.
41copla_arte_mayor
Cae del árbol y derrama su agua una camelia.
8haiku
¡Ay!, es verdad lo que me dijo entonces. Verdad que el corazón lo llevará en la mano..., en cualquier parte...; pero en el pecho, no.
21silva_arromanzada
Yo no supe dónde estaba, pero, cuando allí me vi, sin saber dónde me estaba, grandes cosas entendí; no diré lo que sentí, que me quedé no sabiendo, toda ciencia trascendiendo.
20septilla
Mártires que ganasteis vuestra palma en la arena del circo, en sangre rojo: Al que os dio fortaleza en los combates rogadle por nosotros.
21silva_arromanzada
Es la clase. En un cartel se representa a Caín fugitivo, y muerto Abel, junto a una mancha carmín.
5cuarteta
Coches cerrados llegaban a las orillas de juncos donde las ondas alisan romano torso desnudo. Coches, que el Guadalquivir tiende en su cristal maduro, entre láminas de flores y resonancias de nublos. Los niños tejen y cantan el desengaño del mundo, cerca de los viejos coches perdidos en el nocturno. Pero Córdoba no tiembla bajo el misterio confuso, pues si la sombra levanta la arquitectura del humo, un pie de mármol afirma su casto fulgor enjuto. Pétalos de lata débil recaman los grises puros de la brisa, desplegada sobre los arcos de triunfo. Y mientras el puente sopla diez rumores de Neptuno, vendedores de tabaco huyen por el roto muro.
1romance
Advierte que te llevan a dar entre las rocas de la soberbia envidia, naufragio de las honras. Cuando por las riberas andabas costa a costa, nunca del mar temiste las iras procelosas
4octava
Y en un mundo de tinieblas Vaga y siente miedo y frío, Y en su horrible desvarío Palpa en su cuello el dogal: Y cuanto mas forcejea, Cuanto mas lucha y porfia, Tanto mas en su agonía Aprieta el nudo fatal.
15octavilla
Soñé que tú me llevabas por una blanca vereda, en medio del campo verde, hacia el azul de las sierras.
11cantar
Ala, eh, Gil Arribato, sé que en fuerte hora allá echamos cuando a Candaulo cobramos por pastor de nuestro hato: ándase tras los zagales por aquestos andurriales todo el día embebecido, holgazando sin sentido, que no mira nuestros males.
38novena
Porque no es tan poderoso vuestro no que me defienda De seguir la tal contienda Aunque viva congojoso Vuestro gesto desdeñoso No me hará, ni yo lo creo, Doncella, que mi deseo, No vos recuente quejoso.
40copla_arte_menor
La princesa no mentía. Y así, dijo la verdad: «Fui a cortar la estrella mía a la azul inmensidad».
5cuarteta
Provecho et deleite son el fin de todas sus obras en guarda de las soçobras, suplen temor et fection; si por temor detenida la maldat de ellas non fuese, o perfection escondida, non seria hombre que vida con ellas faser pudiese.
38novena
así como las naves que cargadas llegan de la oriental India a Lisboa, que son por las mayores estimadas,
33terceto
Y creo que alimaña más fiera y espantosa no mantiene la más alta Alemaña en sus espesos bosques, ni la tiene la tierra donde mora el moro, de fiereza engendradora.
45sexteto_lira
Como el viento continuo, no es sentida la eterna pesadez de nuestra vida.
3couplet
Viese yo las doradas ricas hebras bañadas de mi llanto, si la nieve vuestra diese lugar a esta mi llama; que la dureza de este yerto cuello la pluvia ablandaría de mis ojos y en dos cuerpos habría sola un alma.
39sexteto
En esta floresta mía, adonde no hay otras gentes, sino aquellas, mis sirvientes Qué trajo en mi compañía?... ¿Por ventura es vuestra vía Adelante, o hasta aquí?... Non receléis más de mí de alguna descortesía.
40copla_arte_menor
Deja tu alcoba: el jazmín no en blando reposo olvides, que te aguarda tu escarpín, tu pequeño nomeolvides.
5cuarteta
Pero tiene la luz recuerdos que son nuestros. Van a bajar los dioses de sus libros, alguien descubrirá que el mundo es navegable, habrá días y noches, y en la luna de lo ya sucedido respirará la fábula blanca del calendario.
39sexteto
Agradables son de veras, Eras. Exito rotundo y cierto Concierto. De jóvenes deseables Bailables. Son cosas inolvidables subir los toros a echar después de mucho gozar Eras, Concierto y Bailables.
0ovillejo
¿Quién sería la madre que parió a Judas? ¡Qué hijos tan indinos paren algunas!
22seguidilla
Merece el nombre de feliz quien digno, superior sabe hacerse a la pobreza y vive satisfecho; no quien mora en opulento alcázar.
37estrofa_francisco_de_la_torre
La alegría vivaz que vierten en las venas rubia es también, idéntica a la piel que asoman; no les dejéis marchar porque sonríen como la libertad sonríe, luz cegadora erguida sobre el mar.
39sexteto
En la frente irán escritos Los secretos de la vida, Y las conciencias a gritos Apartarán los malditos De la prole bendecida.
29quintilla
Cuando florezca la rosa tu aire temblará de frío, te dirá: ¡te amo, amor mío!; un corazón ya latiendo y que abrirá cada sábana, el polen se irá volando, las espigas suspirando y todo recuerdo ardiendo.
15octavilla
Yo corté una rosa llenita de espinas... Como las rosas espinitas tienen, son las más bonitas.
26seguidilla_gitana
Que en su canto desigual Hay música tan liviana, Que en su murmullo infernal Canta y llora y ríe insana Con sus lenguas de metal.
29quintilla
no más llevarte flores escogidas, ni de mis palomitas los hijuelos, ni leche de mis vacas más queridas, ni pedirte ni darte ya más celos, ni más jurarte mi constancia pura, por Venus, por mi fe, por tu hermosura.
34sexta_rima
Para odiar la senectud, salud. Para tener quebraderos, dinero. Para sufrir con dolor, amor. En este mundo traidor, ser dichoso no es seguro ni aun habiendo en tu futuro salud, dinero y amor.
0ovillejo
O tu, en amor hermano, nascido para morir, pues lo no puedes fuyr, el tiempo de tu biuir no lo despiendas en vano; que vicios, bienes, honores quep procuras, passanse como frescuras delas flores.
38novena
Si duermo, despierto luego con tu nombre, de tal modo, que me parece que todo es un infierno de fuego.
19redondilla
Mas donde tantos peones ha de haber para cavar, serviré yo de llevar en brazos los azadones; y seré de esta manera otro Simón Cireneo, tocando con el deseo el cabo de ella siquiera.
28copla_castellana
¡Y las demás! En tantos climas, en tantas tierras siempre son, si no pretextos de mis rimas fantasmas de mi corazón.
7serventesio
tendido el negro manto de la noche, imagen de la vida que yo vivo, a tiempo que descansan brutos y hombres, yo sucumbí a mi dolor activo; tal es el sueño, sí, tal es el sueño de un mísero mortal, desfallecido a fuerza de llorar males inmensos y de regar con lágrimas sus grillos, en un acceso de su desventura, que el alma, no bastando a resistirlo, se rinde, sin que hórridos fantasmas dejen adormecer el dolor mismo. Así dormía yo, cuando un perfume embalsamó mi olfato peregrino, y la ambrosía misma de los dioses me fingió luego el sueño en su delirio. Un susurro de ahí a poco suave como el céfiro de alas conmovido, cada vez entendiéndose más claro enteramente deportó mi oído. Revine un poco, y estregué mis ojos, de dolor y tristeza oscurecidos. Una luz, cual aquélla con que Venus usa anunciar el alba en el estío me deslumbró, y sorprendido exclamo: ¿Cómo me dormí tanto? Ha amanecido. Sonrióse entonces la belleza alada que al punto divisé; numen divino, empuña un cetro, lleva una balanza, una diadema sobre el frente, lindo. Desplegando dos labios más bermejos que rosas de vergel alejandrino, descubriendo dos órdenes de perlas encadenadas en coral subido, Yo sé que a ti, me dice, en otro tiempo deleitaron de Apolo los sonidos: toma la lira, ensaya con tus dedos acordar los acentos consabidos. Rota está de una vez la que tocaba, mis manos yertas han perdido el tino; no concuerdan los ecos armoniosos con el tosco chillido de los grillos. Nunca las Gracias visitaron, nunca, un albergue tan sucio y tan sombrío; las Musas no inspiraron corazones tan maltratados y tan malheridos. En el Anáhuac, en mi amada patria, era libre y canté; hoy es distinto. .
18romance_arte_mayor
Quiso pasarse a Indias un verano, y vino con Montalvo el de Sevilla; cojo quedó de un pie de la rencilla, tuerto de un ojo, manco de una mano.
24cuarteto
Oriyas der río sus penas yoraba; como eran dos fuentes sus ojitos negros crecieron las aguas.
26seguidilla_gitana
Obra con peso y medida y cogerás con decoro de las horas aquel oro que enriquece más la vida. Y contino se te acuerde de que el tiempo bien gastado, aunque parezca pasado, no se pasa ni se pierde.
28copla_castellana
le dije: «Con bien claros desengaños descubro que el servirte me granjea presentes miedos de futuros daños.
33terceto
El rostro levanta el triste Y alza los ojos al cielo; Tal vez eleva en su duelo La súplica de piedad. ¡ Una lágrima! ¿ es acaso De temor ó de amargura ? I Ay ! á aumentar su tristura Vino un recuerdo quizá!!!
15octavilla
La serrana más hermosa, la de los ojos serenos, que al Rey prendió el corazón con uno de sus cabellos;
11cantar
Queréis, con presunción necia, hallar a la que buscáis para prentendida, Thais, y en la posesión, Lucrecia.
19redondilla
Mas el humo, formando denso velo, Se empezó a remontar, y penetrando en la azulada esfera al cielo fué a parar.
21silva_arromanzada
¡Oh viejo triste, liviano! ¿Cuál error pudo bastar que te havía de tornar ruvio tu cabello cano? ¿Y essos ojos descozidos, qu´eran para enamorar? ¿Y essos beços tan sumidos, dientes y muelas podridos, qu´eran dulces de besar?
38novena
Si con eternas plantas las fijas luces doras, ¡oh dueño de mi barca!, y en dulce paz reposas, merezca que le pidas al bien que eterno gozas que adonde estás me lleve, más pura y más hermosa.
4octava
Mañanita de San Juan, mañanita de primor, cuando damas y galanes van a oír misa mayor. Allá va la mi señora, entre todas la mejor; viste saya sobre saya, mantellín de tornasol, camisa con oro y perlas bordada en el cabezón. En la su boca muy linda lleva un poco de dulzor; en la su cara tan blanca, un poquito de arrebol, y en los sus ojuelos garzos lleva un poco de alcohol; así entraba por la iglesia relumbrando como el sol. Las damas mueren de envidia, y los galanes de amor. El que cantaba en el coro, en el credo se perdió; el abad que dice misa, ha trocado la lición; monacillos que le ayudan, no aciertan responder, non, por decir amén, amén, dicen amor, amor.
1romance
Un poco de locura, un algo de poesía, una gota del vino de la melancolía...
3couplet
Moviéndose a compás, como una estúpida máquina, el corazón; la torpe inteligencia, del cerebro dormía en un rincón.
23cuarteto_lira
Cuando más a gusto estaba, m'apartaron e tu bera por una persona mala.
30soleá
Allí se nombraban los Lunas y Urrea, Izar y los Castro, Heredia, Alagón, Lihori, Moncayo, Urrias, Gurrea, con otros linajes de noble nación; pues vamos aquellos que allende Monzón habitan o moran, y no se detenga el nuestro proceso, mas presto devenga por sus rectos cursos en la conclusión.
41copla_arte_mayor
¡No sé qué tiene la aldea donde vivo y donde muero, que con venir de mí mismo no puedo venir más lejos!
11cantar
Causa mi triste cuidado, que á mi pensamiento crea porque ya está averiguado que si no es tu enamorado lo será cuando te vea. Y está cierto, porque Amor sabe desde que me hirió que para pena mayor me falta un competidor más poderoso que yo.
6copla_real
Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar. Dime, mujer: cuando el amor se olvida, ¿sabes tú adónde va?
23cuarteto_lira
La fugitiva ninfa, en tanto, donde hurta un laurel su tronco al sol ardiente, tantos jazmines cuanta hierba esconde la nieve de sus miembros, da una fuente. Dulce se queja, dulce le responde un ruiseñor a otro, y dulcemente al sueño da sus ojos la armonía, por no abrasar con tres soles el día.
2octava_real
nuestro lecho florido, de cuevas de leones enlazado, en púrpura tendido, de paz edificado, de mil escudos de oro coronado!
14lira
Algo me han dicho la tarde y la montaña. Ya lo he perdido.
8haiku
¡Que seso para discretos! ¡Qué gracia para donosos! ¡Qué razón! ¡Qué benigno a los sujetos! ¡A los bravos y dañosos, qué león!
12sextilla
En ti, casi desnudo deste corporal velo, y de la asida costumbre roto el ñudo, traspasaré la vida en gozo, en paz, en luz no corrompida;
14lira
«¿Por qué», le pregunté, «señor, porfían los tales a escribir y dar noticia de los versos que paren y que crían?
33terceto
Piensa que el suspiro tierno y el grito, desaparecen en la corriente del viento.
30soleá
Anda y no presumas tanto, que otras mejores que tú se quean pa bestí santos.
30soleá
Y encima de esto, llagado con hierro de cruda lanza, abrió fuente de esperanza en su divino costado; de do, para nos salvar del pecado que reinó, agua con sangre manó por remedio singular.
28copla_castellana
Mas -cristalinos pámpanos sus brazos- amor la implica, si el temor la anuda, al infelice olmo que pedazos la segur de los celos hará aguda. Las cavernas en tanto, los ribazos que ha prevenido la zampoña ruda, el trueno de la voz fulminó luego; ¡referidlo, Pïérides, os ruego!
2octava_real
Anda vete que es tarde marido mío no sabes con la pena que te lo digo
22seguidilla
¿Quién la libertad destierra? ¡La guerra! ¿Y en qué la vida convierte? ¡En muerte! ¿Y qué mata la inocencia? ¡La violencia! Egoista en su demencia la persona que esto olvida sólo encontrará en la vida guerra, muerte y violencia.
0ovillejo
El eco de un suspiro que conozco, formado de un aliento que he bebido, perfume de una flor, que oculta crece en un claustro sombrío.
23cuarteto_lira
Combatís su resistencia y luego, con gravedad, decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia.
19redondilla
Te escribo con frenesí a ti ya que eres mi querer mujer, lo hago con mucha alegría en tu día. Tu carisma y simpatía me cautivan con locura brindando con gran ternura: a ti mujer, en tu día.
0ovillejo
Ya nunca tal fermosura vieron mis ojos de cosa en las ondas alterosa sin lado firme segura, do entré con vestidura de grand amor estimada, de asul et oro franiada, con tiseras de mesura la falda bien cercenada.
38novena
Cuando paso por tu puerta, te reso un Abe-María, como si estubieras muerta.
30soleá
Colmeneruela, animosa contra el hijo de la diosa, si ve tus ojos divinos y esos dos claveles finos, ¿qué hará aquel que halla flechas en aquellos cuando en estos busca miel? Dímelo tú.
4octava
Este rey y gran señor, avisado de este hecho, hallóse puesto en estrecho, porque temor con amor batallaban en su pecho; y hizo luego buscar este palo, y enterrólo en un honesto lugar, el misterio singular guardando para sí solo.
6copla_real
Y, según la fama cuenta, Hero una luz encendía que en las noches de tormenta de faro al joven servía.
5cuarteta