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---|---|
¡Oh excelso muro, oh torres coronadas
de honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
de arenas nobles, ya que no doradas! | 24cuarteto
|
¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del amado!
¡Oh prado de verduras,
de flores esmaltado,
decid si por vosotros ha pasado! | 14lira
|
Apretad, Amor, la llave,
muera de amores el alma,
que se ha puesto cabe el trigo,
junto al corriente del agua. | 11cantar
|
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio. | 5cuarteta
|
Mas viendo que le escuchan
con el olfato
Esto dijo Pedonio
de ira bufando.
Palabras
por la boca soltaba
Atentos
este es mi manifiesto
se callen
no molesten de balde
| 16chamberga
|
Después del tiempo pasado
a tu lado,
tu amante de ayer y hoy
soy,
y, de tu encanto, aprendiz
feliz.
Y ya sin ningún matiz
con el corazón te grito:
Mi vida, te necesito,
¡A tu lado soy feliz!
| 0ovillejo
|
Un asno soy ahora, y miro a yegua
bocado del caballo y no del asno,
y después rozo un pétalo de rosa,
con estas ramas cuando mudo en olmo,
en tanto que mi lumbre de gran día
el pubis ilumina de la noche. | 39sexteto
|
En mi cuaderno no caben más palabras,
ahora escribiré en la inmensidad del cielo
todo lo que siento,
comenzare por un te quiero
y luego adornare con flores cada hueco
que quede al descubierto. | 35unknown
|
Córdoba insigne! . . . . ¿dónde tu grandeza,
Dónde está tu poder?....¿Con quién su saña
Mostró el tiempo voraz como contigo,
Y la ciega Fortuna su inconstancia?
De tu templo á los mármoles pregunta
Y á las antiguas vividoras palmas,
Que de la edad triunfando y de los vientos,
Con noble majestad las frentes alzan :
Pregúntalo también al silencioso
Guadalquivir, que boy riega solitarias
Las extensas llanuras, donde fueron
Los jardines y alcázares de Zabara;
Y te dirán cuál fué tu poderío.
Que indestructible y firme lo juzgaban;
Mas que pasó, como al soplar del cierzo
Las leves nubes por el cielo pasan.
De tu alta gloria en los risueños dias,
Cuando atónito el orbe te aclamaba
Reina feliz del musulmán imperio.
Cuna de ciencias, de guerreros patria ;
Cuando tus arruinados torreones,
De los siglos despojo, y tus murallas,
Do el cárabo nocturno anida y gime
Entre cardos incultos y entre zarzas,
Eran trono esplendente de fortuna,
Corte de Hixcen, y templo de la fama ;
En el palacio de Almanzor crecía
Un joven de presencia muy gallarda,
Pero infeliz. E l bozo delicado
Apenas su semblante hermoso esmalta,
Y ya la mano atroz de la tristeza
Le rompe el corazón, le aprieta el alma.
Naturaleza de sus ricos dones,
Liberal y benigna, le dotara 5
Beldad, y robustez, y lozanía
Su juventud ternísima acompañan :
El cielo afable engrandeció su mente
Con alto ingenio, concedió a su alma
Virtudes y dulzura, y á su pecho
El germen de las ínclitas hazañas :
Ni le niega Fortuna sus favores,
Pues goza del cariño y de la gracia
Del insigne Almanzor, en quien el peso
Del imperio muslímico descansa.
Mas, ay! .... un velo misterioso encubre
Su incierto origen : del soberbio alcázar
En los jardines desvalido infante
Se halló al nacer....oh suerte desdichada!
Si con ansia de gloria late altivo
Su corazón, si ilustres esperanzas
Se atreve á concebir, y noble gozo
Su hermosa frente y sus mejillas baña,
De pronto el azaroso pensamiento
De que al crimen tal vez ó á la desgracia
Debe el vivir, sus ilusiones borra.
Nubla sus ojos, y su faz espanta.
Así cuando en zenit su pompa ostenta
Y argentado esplendor la luna ufana,
Oscura nube llega silenciosa,
Y toda su beldad ofusca y tapa :
O si gozoso al estrellado cielo
Tranquilo estanque plácido retrata,
Inoportuno soplo repentino
La imagen borra, y el cristal empaña.
Su afanoso dolor y oculta pena
Ai paso de la edad crecen y avanzan,
Después que en flor, la embravecida suerte
Le robó su consuelo y su esperanza,
Pues cuatro veces bosques y jardines
De frescas hojas y de flores varias
Engalanó la rica primavera,
Triunfadora de hielos y de escarchas,
Desde que el duro brazo inexorable
Del Angel de la muerte arrebatara
Todo su encanto al cordobés imperio,
Y al Hagib2 Altnanzor su tierna hermana.
—Era Zabira una princesa insigne,
De aquellas que la mano sacrosanta
Del cielo bienhechor concede al mundo,
Para consuelo de la especie humana.
Bella como el lucero refulgente.
Fin de la noche y precursor del alba,
Y cual la flor hermosa del desierto,
Melancólica siempre y retirada.
Pasó los dias de su vida breve
Lejos de la opulencia y de las galas
De la espléndida corte; aunque el imperio
Idolo y gloria suya la aclamaba.
En el albor de sus primeros años,
Reina de la belleza y de la gracia,
Brilló tal vez en fiestas y en liceos,
Y en los jardines plácidos de Zahara ;
Mas de ellos pronto huyó, cual brilla y huye
Luciente exhalación 5 y de su alcázar
Solo dejaba el muro y los jardines
Para el lloro enjugar de las desgracias.
De consuelos dulcísimos tesoro
Y de bondad celeste era su alma,
Do servidumbre, ancianidad, pobreza
Benéficos apoyos encontraban.
Cuando al grande Almanzor, su ilustre hermano
Que ornado de laureles y de palmas,
De Hixcen el cetro á su placer regía,
Turbaba el pecho embravecida saña ;
De la amable Zahira los halagos
Su generoso corazón calmaban,
Como la nube bienhechora templa
Del astro abrasador la estiva llama.
Si al volar á dormir bajo la sombra
De la misericordia soberana,
Dejó huérfano el mundo, ¿ el triste pecho
Del garzón infeliz cómo quedara ?
Ella cuidó de sus primeros días,
Y él en su seno el sueño de la infancia
Logró felice entre amorosos besos,
Y al tierno arrullo de caricias blandas.
Ella de su palacio en los jardines
En sus pueriles juegos se gozaba,
En su flexible corazón semillas
De honor y de virtud sembrando sabia.
Ay, cuántas veces, mientras él gozoso
Tejiendo ramilletes y guirnaldas,
Con amable inocencia recogía
Fragantes yerbas, florecillas varias,
Zahira contemplando las facciones
De aquel rostro infantil y tiernas gracias,
De un oculto dolor sobrecogida
Bañó el semblante en lágrimas amargas!
Cuando volando las fugaces horas
La luz de la razón brilló en el alma
Del fortunado Huérfano, su anhelo
Fué de rico saber engalanarla.
A Zaide, á Zaide, cuyo fuerte brazo
Fué en otro tiempo apoyo de la patria,
Terror de los cristianos escuadrones,
Y gloria de las lunas musulmanas,
Y que en la edad madura disgustado
De la pompa del mundo y de las armas,
En el retiro y en la paz vivía
Felice en su castillo de la Albaida ;
A Zaide, que modelo de virtudes
Y de las ciencias luz Córdoba aclama ;
Los tiernos años del gracioso niño
Con discreta elección prudente encarga.
Así se entrega á diestro jardinero
La generosa y delicada planta,
Que debe al cielo remontar un dia
Con fruto opimo las frondosas ramas.
Mas de Zahira la contraria estrella
Le niega el ver cumplida su esperanza,
Y al sueño eterno en sus mejores años
Con encubierto impulso la arrebata ;
Pues cumplir las catorce primaveras
A.penas vio á su Huérfano del alma,
Creciendo en robustez y lozanía,
De ciencia y de virtud bajo las alas,
Un secreto penar, que el crudo diente
Ejercía feroz en sus entrañas.
Cortando el vuelo á sus preciosos dias,
La hundió en las sombras de la tumba belacia.
Y cuando los instantes de la vida
Conoció que la fuga apresuraban.
Reuniendo en sí los últimos alientos.
Resplandores de lumbre que se apaga,
Al mancebo y á Zaide, que postrados
Al pié del lecho prosternados callan.
Con voz lánguida pide que se acerquen,
Y que escuchen sus últimas palabras.
Haciendo despejar el aposento ,
Do el Angel Azrael victoria canta,
A los físicos doctos que la cercan
Y al lloroso tropel de sus esclavas;
Por la postrera vez sus bellos ojos
Con luz ardieron de celeste llama ,
Y tendiendo los brazos en su seno
Estrechó á aquel objeto de sus ansias
Y con labio anheloso, Hijo, le dice,
Hijo (que nombre tal el cielo manda
Que te dé en este instante) en otro suelo
M Una sagrada obligación te llama.
'Crece en valor... y cuando llegue el dia.....
Zaide tú cuidarás La huella helada
De la muerte feroz selló su boca,
En ronco hervor tornando sus palabras.
Mas aun con ojos y con brazos muestra
Los últimos anhelos de su alma,
Y dejando en las manos del mancebo
Una sortija que á la suya arranca,
Cual tierno lirio que el arado troncha,
Quedó, en silencio lúgubre la estancia,
Y el Huérfano infeliz entre los brazos
Del triste Zaide, á quien las fuerzas fallan.
Desde aquel día de terror y cspanlo,
¡ Cuán diversos afectos agitaran
Al joven desdicliado ! A describirlos
Mi humilde verso y mi poder no alcanzan.
Contempla absorto la fatal sortija,
Que de su corazón jamas aparta,
Y el secreto escondido que contiene,
Quiere arrancarle á fuerza de mirarla.
Ni un momento se van de su memoria
De Zaliira las últimas palabras,
Y le turban el sueño, y en sil mente
Son espectros confusos y fantasmas.
Una vez y otra vez en vano á Zaide
Ruega y conjura, que con mano franca
Y amiga rasgue el tenebroso velo
De tantas dudas, de zozobras tantas.
Mas Zaide á sus preguntas no responde,
O suspirando y con amor le abraza,
Y, Crece, crece, le contesta solo,
Y aprende á fulminar la dura lanza. | 18romance_arte_mayor
|
En un día de toros
dijo un marido
por no tener un cuarto
me hallo corrido
Y así, no quiero
ir a ver mis parientes
sin el dinero. | 27seguidilla_compuesta
|
y aun a más su famoso ingenio alcanza,
pues en las verdes hojas de sus días
nos da de santos frutos esperanza. | 33terceto
|
En todo terreno ser
sólo permanece y dura
el mudar.
Lo que hoy es dicha o placer
será mañana amargura
y pesar. | 31estrofa_manriqueña
|
Luego asoma a mi labio otra sonrisa
máscara del dolor,
y entonces pienso: -¡Acaso ella se ríe
como me río yo! | 23cuarteto_lira
|
Quiero contarte
en la tierna mañana
con mi rocío | 8haiku
|
Yo en fuego ardo, vos heláis en nieve,
y, libre del Amor, alzáis el cuello,
ingrata a los tormentos de mi alma;
que aun blandos a su mal no dais los ojos.
Mas siempre la abrasáis en viva llama
y sus alas pendéis en vuestras hebras. | 39sexteto
|
Llegó el dia fatal : la extensa plaza
Inundó ansioso pueblo, y por tablados,
Antepechos, terrados y barreras
Fuese á la luz primera acomodando."
eí En un balcón, donde de seda y oro
Descollaba un dosel, el conde Sancho,
Su madre, el arzobispo y el de Lara
Los supremos sillones ocuparon ;
en el opuesto frente, los esposos,
De joyas y de plumas adornados,
Un espacioso corredor, vestido
De yerba y flores, y de emblemas varios. "
" Por séquito llevaban veinte pajes,
Escuderos y damas, diez hidalgos
Eran su escolta, y deudos y parientes
En derredor con ellos se asentaron."
" De allí no muy distante honrado puesto
Yo con los mios ocupé, y al lado
Caballeros leoneses lo tenían,
Extrangeros ilustres y prelados."
"Los siete Infantes, con Incidas galas
Y con gallardas plumas muy bizarros,
Andaban recorriendo entre el bullicio
La extensa plaza, pórticos y andamies
" Y cada cual, al punto del despejo,
Según su inclinación se fué buscando.
Escaso asiento junto á alguna hermosa,
Y en la barrera lo encontró Gonzalo."
Se asordó el viento con los recios sones
De timbales y trompas | los heraldos
El cartel y las leyes de la justa
De nuevo en alto acento pregonaron
los mantenedores a la liza,
De pajes y padrinos rodeados,
Ceñidos de magníficos arneses,
Salieron en fortísimos caballos."
" E l gigante orgulloso, Alvaro Sánchez,
Sobresalía entre los otros cüatro,
Gomo alta torre entre los altos muros,
Una fornida lanza manejando."
" Luengas espadas ostentaban todos,
Anchos escudos, y pendiente al lado
Del dorado borren !a fuerte maza,
Y por empresa un sol, rey de los astros."
El combate empezó : lances diversos
En él hicieron caballeros varios.
Allí dos de Alafranc y dos leoneses
con la espalda midieron el estadioj"
" Y cuantos guerreadores en la arena
Conquistar intentaron aquel paso,
Las lanzas rotas, los corceles muertos,
Vencidos fueron y por tierra echados."
"Aunque de los que el puesto mantenían.
También cayeron á su vez los cuatro;
Vengólos Alvar Sánchez , que invencible
Derribó fuerte cuanto vino al campo.
No era noble y gentil su conlinente,
No diestro se mostraba ni gallardo 5
Pero era emblema de la fuerza, estaba
Mas firme que los toros de Guisando."
" La torre de Malmuerta parecía,
Cuando la tempestad la embiste en vano,
Y en ella el liuracan embravecido
Se estrella, ronco de furor bramando. "
" Doce conquistadores ya vencidos,
De arneses, mallas, plumas y penachos,
Y de astillas y sangre la ancha plaza
Toda cubierta estaba, y al ocaso "
" Se retiraba el sol. En la ancha arena
A Castilla y al orbe provocando,
Los cinco justadores persistían
En ocio por la falta de contrarios."
"Alvar, enardecido y orgulloso,
Ronco gritaba así de cuando en cuando :
¿No hay j a quien ose combatir conmigo?...
Salga el que no me tema, aquí le aguardo.
" Mas como nadie á responder saliese,
Para dar diversión al vulgo vano.
Un juglar que servía á doña Lambra,
No sé si malicioso ó mentecato,
En quien tenía su privanza ella
Por regocijador de su palacio ;
Dejando el escabel de su señora,
Do el tiempo había de la justa estado
" Bajó á la plaza, del bonete rojo
Los gruesos cascabeles repicando,
Y de su traje de botarga haciendo
Ostentación con gestos y con saltos,"
" Empezó á recorrer la extensa liza,
Una hinchada vejiga atada a un palo
Revolviendo en el aire, ó ya con ella .
El suelo y los puntales golpeando. "
"Fué universal la risa : le tiraban
Bollos, frutas, confites y el, ufano,
Ya afrentaba insolente á los vencidos,
Ya daba al vencedor necios aplausos."
" Al pasar inmediato al antepecho,
Do sin mirarle hallábase Gonzalo,
Haciendo contorsiones y figuras,
Prorumpió así con atrevido labio: "
"Qué tal? qué tal, mancebo? a l l í no hay trampa,
Ni g a l l a r d í a s , ni impotente garbo :
Todo a l l í es corazón, y todo es puño,
Y los ojos eerrar, y dar trancazos.
M i alma con la suya,. Dios nos libre
])c que enarbole en contra nuestra el brazo:
No es un g a l á n de alcorza. Dijo y fuese,
Cabriolas mil y carcajadas dando."
" Furioso á castigarle se arrojara,
Encendido de colera Gonzalo ;
Pero respeto al padre le contuvo,
Y alzóse de su puesto despechado,"
'* Cuando al llegar á un corro en otra parte,
Oyó decir á un labrador anciano :
Ya no se halla en Castilla quien compita
E n fuerza y en poder con ese hidalgo. "
" Es un j a y á n , repuso otro del pueblo,
que pudiera de un soplo hacer pedazos
la mezquita de Córdoba. Los Laras
la aciertan con estarse en los andamias."
" Prosiguió el labrador: Muy bien han hecho,
Aunque hubieran salido del engaño
De que son invencibles. Otro dijo :
Harta disculpa tienen, son muchachos. "
" Colmóse la medida, ardió en el pecho
Del jóven un volcan, y rebramando,
Ni vió mas, ni oyó mas ; y del concurso
Y de la plaza huyóse sofocado
Mas nadie lo notó. Los justadores
En inacción siguieron grande rato,
Y ya el vulgo impaciente se mostraba
Del vil juglar y de sus chistes harto "
" Cuando las huecas trompas y timbales
Con general contento resonaron,
La llegada anunciando de un guerrero
Que viene á combatir. Por los tablados"
" Cundió el rumor confuso de gran pueblo,
Que se fué nuevamente acomodando,
Y que hundióse en silencio al punto mismo
Que el nuevo guerreador entró en el campo."
" Toscas vulgares armas, iii aun lucientes,
Sin plumas ni labores pobre casco,
Calada la visera, y un escudo
Liso, sin mote, ni blasón, ni ornato,"
" Sacaba el caballero, y en la cuja
Una lanza de guerra, y un caballo.
No de tendida crin y noble aspecto,
Aunque lijero y dócil al bocado."
" Del peto y espaldar hebillas varias
Sin abrochar estaban demostrando,
Que acababa de armarse á toda prisa.
Como todos al punto lo notamos
Eran tales su gracia y gentileza,
Tanta la habilidad, soltura y garbo
Con que regía el pisador, y tales
Su noble talle y cabalgar gallardo ;"
"Que adiviné quién era en el momento,
Y todos ó los mas lo adivinaron.
Mas por aquel instinto que resalta
Siempre en la mucliedumbre, no hubo un labio"
" Que imprudente su nombre pronunciase,
Y fué el silencio universal, tornando
Todos la vista acia el señor de Lara,
Que escondió el rostro con entrambas manos."
" Y o miré á Ruy-Velázquez, cuyos ojos
Ardieron de furor, y con recato
Habló algunas palabras al oido
De doña Lambra, que su faz turbaron.:'
í£ Dio el caballero en torno á la estacada
Un airoso paseo, acreditando
Quién era mas y mas, y haciendo pruebas
Del poder y obediencia del caballo
" Y parándose en medio, en voz sonora
Pidió con Sánchez combatir. Negado
Por los jueces le fué, por no ser Sánchez
El que debia sostener el campo,
Pues antes de su turno, lo tenían
Para entrar en la lid dos de los cuatro.
La ley fué obedecida, y presentóse
Aquel á quien tocaba, muy ufano ;"
" Pero apenas salió, vióse en la arena
Con potro, escudo y lanza derribado,
Al choque del incógnito, que mudo
Tornó á ocupar su puesto á lento paso. "
"Salió el segundo, las primeras lanzas
Valiente resistió de brazo á brazo :
No fué tan venturoso en las segundas,
Y vencido cayó del potro abajo."
" El pueblo lleno de sorpresa estaba,
Faltándole la voz para el aplauso,
Porqué ve con pavor llegado el punto
Be que entre el fuerte Sánchez al estadio.''
£í Cubierto estaba de sudor y espuma
El corcel del incógnito. Saltado
Habían las hebillas de su almete :
Grítale el pueblo ; Toma otro caballo., '
"Mas él nada responde; y firme espera
A Sánchez, que en la plaza entró bizarro,
En un morcillo que la llena toda,
Y la estremece al golpe de sus cascos.
A j ! yo vi entonces del señor de Lara
Demudarse la faz, y vi bañado
De amarga risa el pérfido semblante
De Velazquez también, y que la mano"
" Tomó á su esposa, y que miró á los suyos,
Desprecio y confianza demostrando,
Miéntras la muchedumbre en gran silencio,
Ni aun osa respirar de miedo y pasmo. "
"Sonó el clarin, partieron como flechas
Sánchez y el caballero 5 se encontraron,
Y en el opuesto escudo cada lanza
Tocó, dió lumbre, y resbaló, dejando"
" Honda señal. Los potros revolvieron,
Ambas picas rompiéronse en pedazos :
Continuaron con otras el combate,
Y pretal con pretal al fin se hallaron*"
" El corcel del incógnito el empuje
Sufrir no pudo del corcel contrario;
Dobló las piernas, y en la ardiente arena
Los corvejones estampó. A espolazos"
" Sostúvolo el ginete, y como el viento
Le hizo arrancar, y separarse á saltos.
Sánchez buscó otro choque mas no era
Tan diestro en el manejo del caballo
ual su competidor, que lo evitaba
Con gran saber, y que le dio á soslayo
Un duro bote, que abollóle el peto,
Sin que el broquel pudiese repararlo."
"Entóneos advirtiendo Alvaro Sánchez,
Que un solo broche sujetaba el casco
Del justador, dirígele la punta
Con tanta furia y con acierto tanto,"
" Que dejó descubierto el rostro hermoso
Del noble mozo, del gentil Gonzalo,
Quien en furor ardiendo, la cabeza
Con el escudo esconde, y como un rayo,"
"Acomete al jayán á todo trance,
Por tierra le derriba, retemblando
La plaza toda al poderoso golpe;
Y ensordécese el viento con aplausos."
" Apenas el gigante tocó el suelo,
Púsose en pié, denuestos vomitando
Contra su vencedor, y con gran furia
Desenvainó la espada. Sosegado"
" E l joven reclamó las condiciones;
Pide lo mismo el pueblo en gritos altos,
Y todo es confusión. Luego á la arena
Los jueces descendieron de su escaño
declaran que está Sánchez vencido,
Y que el conquistador debe en el campo
Aun con los otros dos mantenedores,
Cual previene el cartel, seguir lidiando."
"No sin dificultad plegóse Sánchez :
Tal vez alguna, seña del airado
Velásquez le obligó. Tornó á su puesto,
Y otra celada se ciñó Gonzalo.^
" E l caballero á quien tocaba el turno,
Fué á cabalgar; mas por su bien faltaron
De su corcel las cinchas, accidente
Que dió á la fiera lid corto intervalo."
" ]En el cual doña Lambra la orgullosa,
De acuerdo con su esposo, y deseando
Su furor desahogar : s/nda, le dijo
Al bufón, que á sus pies había tornado,"
** Anda, y hazle una afrenta d ese mancebo
La que encuentre mayor tu ingenio claro.
JIazla pues sin temor, y d m í te acoge ;
Mi respeto y poder serán tu amparo. "
" E l escabel dejó de su señora
El juglar, y en la plaza á corto rato
Se presentó, con nuevas contorsiones,
Aunque escondiendo entre sus ropas algo
Se acercó al veiicedor, y con despejo,
Muy bien lo has hecho, dijo, bravo! bravo!
Mas yo quiero también justar contigo :
Esta es mi lanza... ahí v á . , . g u a r t e f seo guapo.'''
" Y un verde cohombro tinto en fresca sangre
Le tiró al rostro, con fealdad manchando
Todo el arnés, y huyóse á gran carrera,
Dejando al pueblo todo horrorizado."
" E s esta acción mirada allá en Castilla
Por la afrenta mayor : %1 tal que el hidalgo
Que al agresor no mata al mismo instante.
Queda en infamia eterna sepultado."
" E l ilustre mancebo ardiendo en ira
Se arroja en pos del vil que acia sus amos
Rápido vuela \ tírale la lanza
Al punto en que trepaba á los andamies."
" Y de la espalda al pecho atravesóle.
De modo que sin vida en el regazo
Cayó de su señora, con su sangre
Veste, brazos y pechos salpicando."
'( Pálida doña Lambra un alarido
Lanzó, y vencida de letal desmayo.
Cayera del sitial, si no encontrara
De sus dueñas y damas con los brazos.
Velázquez furibundo ronco grita :
Llegó el momento, d la venganza, hidalgos!..
Muera, muera. Y con todos sus parientes
Ciego se arroja dentro del estadio."
UA1 joven vencedor cercan al punto,
De otros muchos seguidos, sus hermanos,
Y los estoques de festejo y gala
Desnudos centellean por el campo."
" Cúndela confusión, suenan las trompas,
Gritan los jueces 5 su gritar es vano :
Tira su cetro en medio de la arena,
Y es hollado y no visto, el conde Sancho."
"Se asustan las mujeres, y los niños
Contra el seno escondiendo entre los brazos,
Huyen y dejan la confusa plaza :
Tiemblan y huyen con ellas los ancianos.^
"Crecen los valedores de ambas partes,
Trábase horrenda lid. La daga en mano
A ella corre Velázquez : el de Lara
Que entró en la liza por distinto lado,"
"Solo paz anhelando, que era padre,
Quiere todo á la paz sacrificarlo;
Y le sale al encuentro, á contenerle
Con blando ruego y amistoso abrazo.
Mas, ay!....¡al abrazarle, una coraza
Oculta bajo sedas y brocados
Apretó !....Se cuajó su sangre toda,
Y un vuelco dióle el corazón llagado."
"Pudo quedarle duda?—No, no era
La infantil imprudencia de Gonzalo
Mas que un fútil pretexto 5 la vil trama
Estaba ya dispuesta de antemano."
"Deudos, parientes, escuderos, pajes,
Todo el séquito en fin de su cuñado,
Cubiertos van de redoblado acero,
Vilmente oculto so los ricos sayos."
"Mísero padre!....la traición patente,
¿Qué le queda que hacer?....Con duro brazo
Ayudar á sus hijos A ellos vuela,
Anima de su casa á los hidalgos,"
" Y métese sañudo en la batalla :
Todo es sangre y horror. Torna á caballo
Con los suyos furioso Alvaro Sánchez,
El pendón de Velázquez tremolando."
" La destreza y valor eran de parte
De los de Gústios pero el otro bando
Armado iba y dispuesto. Una lanzada
A un Infante tocóle de soslayo :
También Velázquez recibió otra herida,
Y estaba como tigre, fuego echando
Por los feroces ojos: el de Lara
Lidiaba firme como león bizarro."
" La condesa doña Ava— ilustre dueña!
Sí, yo la vi del uno al otro lado
Correr, gritar, y en medio del peligro
Pedir paz y quietud á sus vasallos."
" Al meterse una vez en la pelea,
Tocó una punta al jóven conde Sancho,
Que con gentil esfuerzo la seguía,
Sumisión y obediencia reclamando."
" Leve su herida fué ; pero al mirarle
La faz marchita, el pecho ensangrentado,
De terror ambas turbas se cubrieron,
Y en el momento de lidiar cesaron ;
" Momento de quietud, que el arzobispo,
Cual discreto y prudente, aprovechando.
Con sus insignias y sagradas ropas,
Que son de gran respeto entre cristianos,"
'* Lanzóse en medio, y con terrible frente
Amenazó del cielo con los rayos
A uno y otro partido, si al momento
No dejaban la lid? y libre el campo.
Sus amenazas, y el pavor y susto
Que al ver herido á su señor helaron
Al feroz vulgo, y el postrer reflejo
Que el crepúsculo daba desde ocaso,"
" A ambas ciegas facciones contuvieron ;
Y de la plaza por distintos lados,
Siguiendo cada cual á su caudillo,
Salieron, y de Búrgos se alejaron."
Gonzalo Gixstios con los siete Infantes,
Y con todo el tropel de sus vasallos
Fué á Salas : Ruy-Velazquez con los suyos
A Barbadillo, centro de su estado.
| 18romance_arte_mayor
|
Las horas y su medida
debes, hijo, conocer
y echar en ellas de ver
la brevedad de la vida.
Son números compasados,
leguas de la senda humana,
descripción fácil y llana
de los esféricos grados. | 28copla_castellana
|
No con poco disfavor
partiendo con alma triste
que, si gran pena sentiste,
la mía no fue menor;
temo yo, triste amador,
viendo vuestra pasión tanta,
serme la vida peor
y el temor temo quebranta
y más esfuerzo levanta
para mal sufrir mayor.
| 25décima_antigua
|
Hay noches de esas que las carga el diablo
y se nublan de azul las transparencias
con antiguas canciones
de amores sin destino
y vuelven a mi mesa
recuerdos olvidados:
una tarde de otoño
verdecida de llanto
el silencio de un beso
despedida y dolor. | 35unknown
|
Por eso ser sincero es ser potente;
de desnuda que está, brilla la estrella;
el agua dice el alma de la fuente
en la voz de cristal que fluye de ella. | 7serventesio
|
Por las puertas del alma,
con gran recato,
pasan los pensamientos
de contrabando:
porque sus guardas,
al sobornos del gusto
dan puerta franca. | 27seguidilla_compuesta
|
Entre los brazos de nueva amante
temo la imagen de mi antiguo dueño;
ni alegre sueño, ni tranquilo día
ha de dejarme. | 36estrofa_sáfica
|
tú, que tan grandes tormentos
sufriste sin resistencia
en tu persona,
no por mis merecimientos,
mas por tu sola clemencia
me perdona.» | 12sextilla
|
Meresía esa serrana
que la fundieran de nuebo,
como funden las campanas. | 30soleá
|
Cree la vulgar opinión
que el alma de un moribundo
piensa, más que en este mundo,
en Dios y en la salvación.
Oye, Leonor, la canción
que hirió el pensamiento mío
al son del eco sombrío
de mi funeral campana:
-"CUCU, cantaba la rana,
CUCU, debajo del río." | 13espinela
|
Olas gigantes, que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras! | 21silva_arromanzada
|
a sus pies puesto un esclavo
cargado de propios yerros,
el corazón en los ojos,
le dice humilde estos versos: | 11cantar
|
Y si es tan fiel su balanza,
Si no perdona ni olvida
Lo que fué,
¿Para qué tomar venganza
Ni esperarla en otra vida?
¿Para qué? | 31estrofa_manriqueña
|
De mi malogrado amor
es la suerte tan contraria
que muere por no entendido
y siendo entendido acaba. | 11cantar
|
¡ay sorino, Sorino, cómo el día
huyendo se desliza,
y unos atropeallando y otros años
a la muerte corremos a porfía!
¿Tanta priesa a volvernos en ceniza?
Y a tales desengaños,
mal ciegos con afanes ¡ay! tamaños,
irás en sombra de ambición mentida,
fatigamos la vida. | 38novena
|
En los profundos abismos
de tu desdicha corriente,
¿quién te hizo ser prudente
sino tus trabajos mismos?
Cesaron los parosismos,
haciendo los males cursos;
mas tus trágicos discursos
publicarán tus concetos
en locutorios secretos
y en generales concursos. | 13espinela
|
Al trueno formidable
que sorprendió la tierra,
se adoró el misterioso
rayo de la Divina Providencia. | 17endecha_real
|
Beba el madrigal coqueto
en los lirios vino blanco,
y pensativo el soneto
descanse en rústico banco. | 5cuarteta
|
No abandones tu dama, no dejes que esté quieta,
siempre requieren uso mujer, molino y huerta;
no quieren en su casa pasar días de fiesta,
no quieren el olvido; cosa probada y cierta. | 9cuaderna_vía
|
A serbir al rey me boy,
y er biento que da en tu puerta
son los suspiros que doy. | 30soleá
|
Y en vez de agudo esquilón,
De la tarde anuncia el fin
El doblar de la oración,
Que apaga su ronco son
Del horizonte al confín | 29quintilla
|
y, ardiendo en amor divino,
donde nuestro bien se fragua,
apartando el manto al agua,
por el fuego haréis camino; | 19redondilla
|
Cuando era nuevo el mundo y producía
gentes, como salvajes, indiscretas,
y el cielo dio furor a los poetas
y el canto con que el vulgo los seguía, | 24cuarteto
|
Vírgenes semejantes a azucenas,
que el verano vistió de nieve y oro:
al que es fuente de vida y hermosura
rogadle por nosotros. | 21silva_arromanzada
|
Es un privilegio impío
Mirar el placer ajeno
En su loco desvarío,
Y en el corazón vacío
Sentir acerbo veneno. | 29quintilla
|
La inclinación o fuerza del destino,
y de qué estrellas consta y se compone,
y cómo influye este planeta o signo, | 33terceto
|
Y vi que un peregrino,
Bello como Santiago,
Iba por mi camino. | 10tercetillo
|
¿Quién pensara que el color
de tal suerte me engañara?
Pero ¿quién no lo pensara
como no tuviera amor?
Madre, en ellos me perdí
y es fuerza buscarme en ellos.
¡Ay, que me muero por ellos
y ellos se burlan de mí! | 4octava
|
Si pan, ¿cómo le adora la criatura?
Si Dios, ¿cómo en tan chico espacio cabe?
Si pan, ¿cómo por ciencia no se sabe?
Si Dios, ¿cómo le come su hechura? | 24cuarteto
|
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando. | 1romance
|
La soldada que le damos
y aun el pan de los mastines
comeselo con ruïnes
¡guay de nos que lo pagamos!
Y de cuanto ha llevado
yo no lo veo medrado
otros hatos ni jubones
sino un cinto con tachones
de que anda rodeado. | 38novena
|
¡Oh, mundo! Pues que nos matas,
fuera la vida que diste
toda vida;
mas según acá nos tratas,
lo mejor y menos triste
es la partida
de tu vida, tan cubierta
de tristezas, y dolores
muy poblada;
de los bienes tan desierta,
de placeres y dulzores
despojada. | 31estrofa_manriqueña
|
Hermosa como ella misma,
desmintiendo vanidades,
que lo que tiene de ingrata
es lo que le falta de ángel. | 22seguidilla
|
Yo, mirando una ribera,
vi venir por un gran llano
un hombre que cortesano
parecía en su manera:
vestía ropa extranjera,
hecha al modo de Brabante,
bordada, bien rojeante,
pasante de la estribera.
| 40copla_arte_menor
|
Busca mujer esbelta, de cabeza pequeña,
cabellos amarillos, no teñidos de alheña,
las cejas apartadas, largas, altas, en peña;
ancheta de caderas, esta es talla de dueña. | 9cuaderna_vía
|
Es la partida forzada,
pero no por causa mía,
que cualquier bien dejaría
por verte en esta majada,
do vi el fin de mi alegría.
Mi amo, aquel gran pastor,
es quien me hace partir:
a quien presto vea venir
tan lastimado de amor
como yo me siento ir. | 6copla_real
|
Moja de sol
su extremidad el sauce:
se unta de cielo... | 8haiku
|
A través de las filas corrompidas
de grandes corruptores, tú paseaste
en triunfo la virtud, dones soberbios
altivo despreciando. | 37estrofa_francisco_de_la_torre
|
Es cierto que allí van también profanos
en busca de las lindas profesoras,
hombres sin duda en su pensar livianos,
que de todo hacen burla a todas horas,
sin gravedad, de entendimiento vanos,
gentes de natural murmuradoras,
que se mofaran de Villena mismo
evocando los diablos del abismo. | 2octava_real
|
De dolor y de espanto fué aquel dia,
Y el siguiente ofreció nuevos motivos
De confusión, de h o r r o r y de despecho
A K e r i m a infeliz; pues cuando el b r i l lo
P r i m e r o de l a aurora en el oriente
Apareció, p a r ó s e ante el postigo
Del j a r d i n del alcázar un caballo
Cubierto de sudor , y un campesino
Moro bajando de él, con gran presura
En los patios e n t r ó del edificio,
P r e g u n t ó por Zelima, y un instante
Le h a b l ó , y d i ó l e una cosa. A l punto mismo
La favorita, s in perder momento,
Subió, y á su s e ñ o r a un r o l l o escrito,
Con un negro cordón en torno atado,,
E n t r e g ó , y r e t i r ó s e . Temblor frió
A K e r l m a agitó, y un largo espacio
N i aun fuerza bailó para romper el hilo
Que cerraba l a carta misteriosa,
Dándole el c o r a z ó n grandes latidos.
Repuesta al fin de l a primer sorpresa,
D e s a r r o l l ó el delgado pergamino ,
Y leyó estos renglones espantosos,
Por una mano tembladora escritos.
Kerirna : yo d tu padre he dado muerte ;
Mas no fui yo, fué solo su Destino.
Le herí sin conocerle, defendiendo
La vida, que arrancarme aleve quiso.
Perdóname, mi bien : el justo cielo
D i r i g i ó el duro golpe....Mas qué digo?....
Para matarle solo fui engendrado :
Soy del noble señor de Lara hijo.
Yace en prisiones, y d salvarle vuelo,
A combatir al pérfido enemigo
De mi estirpe infeliz.... A Dios, Kerima.
E n dando cumplimiento al deber mió,
La muerte buscaré : la muerte anhelo.
Cómo sin ti vivir? Aborrecido
Te debe ser quien te privó de padre....
A b o r r é c e m e ! ! ! . . . Si,yo, yo d mi mismo
Me aborrezco t a m b i é n . ¿ P o r q u é a u n n o ignoro
La insigne sangre q ue en mi pedio abrigo?...
A Dios, d Dios.... M i madre fué Z a h i r a . . . .
Que no pierda, por serlo, el merecido
Respeto que d su nombre tributaste.
Las floresj que circundan el recinto
De su sagrada tumba, no perezcan....
Pronto mi sombra en él buscará asilo.
K e r l m a apenas concluyó la carta,
Con desmayo letal á t i e r r a vino,
E n insensible m á r m o l convertida,
Privada de calor y de sentidos.
I n f e l i c e ! . , . . ¡Mas, ay, no es mas dichoso
E l que la carta apasionada ha escrito,
Y que á Burgos camina á largo paso,
Con veinte esclavos y su anciano amigo!
| 18romance_arte_mayor
|
Anduvieron de tal guisa
aquella tan noble gente
hasta cerca de una fuente,
con placiente gozo y risa:
En el convite de Elisa
No se fizo tan gran fiesta,
Como en aquella floresta,
Que mi proceso divisa.
| 40copla_arte_menor
|
Tu pupila es azul, y cuando lloras,
las transparentes lágrimas en ella
se me figuran gotas de rocío
sobre una violeta. | 21silva_arromanzada
|
El fingido enamorado
sufre ver crudeza y mal,
mas el amador leal
no puede de lastimado;
así yo, por vos penado,
de vuestro mal muy cuidoso,
sin tener otro cuidado,
por no veros sin reposo
y por dar fin presuroso,
vine hasta este despoblado.
| 25décima_antigua
|
Eran cual reyes ayer,
Que de pompa se rodean;
Y son luego
Los que en bajo menester,
Viles esclavos, se emplean
Sin sosiego. | 31estrofa_manriqueña
|
Alas me niega el gracejo
Que vuestros encantos roben;
Mas en cambio de amor joven,
Amor os tengo tan viejo,
Y tan probado y añejo,
Y tan recio en la porfía,
Que acaba, Teresa, el día
Para empezar uno nuevo,
Y ¡en el alma siempre llevo
Encendida el ansia mía! | 13espinela
|
El alma, que ambiciona un paraíso,
buscándolo sin fe;
fatiga, sin objeto, ola que rueda
ignorando por qué. | 21silva_arromanzada
|
Se ven al rayar el día
En los pintados cristales,
Cómo luchan a porfía
La claridad que lucía,
Y los rayos matinales. | 29quintilla
|
Dos polos tiene la tierra,
universal movimiento;
la mejor vida el favor,
la mejor sangre el dinero. | 11cantar
|
Esto os doy, aunque veo
que es aqua en ruda mano.
El don es pobre y llano;
alto y rico el deseo.
Cisne de amor parezco;
la voz postrera a vuestro nombre ofrezco. | 45sexteto_lira
|
Verdad es ella, que el fuego
De vuestros ojos me abrasa,
Y todo prende y arrasa
La antorcha del amor ciego;
Pero es lo cierto que luego,
Fénix, renace el amor,
Y de un campo sin verdor
Hace un raudal de fortuna,
Y de un sepulcro, una cuna,
Y ¡de una piedra, una flor! | 13espinela
|
Deseo mudar estado:
no de amor a desamor,
mas de dolor a dolor,
y todo en un mismo grado.
Y aunque fuese de una suerte
el mal, cuanto a la sustancia,
que en sola la circunstancia
fuese más o menos fuerte; | 28copla_castellana
|
Este paisaje
tiene algo irreal
todo está vivo. | 8haiku
|
La vi como la imagen
que en leve ensueño pasa,
como el rayo de luz tenue y difuso
que entre tinieblas nada.
Me sentí de un ardiente
deseo llena el alma:
¡como atrae un abismo, aquel misterio
hacia sí me arrastraba! | 21silva_arromanzada
|
Allá por esas quebradas
verás balando corderos,
por acá muertos carneros,
ovejas abarrancadas,
los panes todos comidos
y los vedados pacidos,
y aun las huertas de la villa:
tal estrago en Esperilla
nunca vieron los nacidos. | 38novena
|
BAJO la bendición de aquel santo ermitaño,
El lobo pace humilde en medio del rebaño,
Y la ubre de la loba da su leche al cordero,
Y el gusano de luz alumbra el hormiguero,
Y hay virtud en la baba que deja el caracol
Cuando va entre la yerba con sus cuernos al sol. | 39sexteto
|
Eneas ver ha podido
a la Cipriana, mas cuando
se le demostró, cazando
cerca los reinos de Dido:
Por cual casa mi sentido
a la Eneyda recordando,
las vi ser ellas del bando
de la madre de Cupido. | 40copla_arte_menor
|
de aquel Orden ilustre,
que del cielo la Reina,
y de Jesús el nombre
juntaron para auxilio de sus guerras. | 17endecha_real
|
La mesa tenemos puesta,
lo que se ha de cenar junto,
las tazas del vino a punto:
falta comenzar la fiesta.
Comience el vinillo nuevo
y échole la bendición;
yo tengo por devoción
de santiguar lo que bebo. | 28copla_castellana
|
Levanta hinchado el mar su turbio espacio
En negras olas y movibles montes.
Cuando vestidos de tunantes mibes
Braman los encontrados aquilones
Pero si el blando zéfiro aparece,
Y luz remota anuncia el horizonte,
Toman las ondas diferente aspecto,
Y bien que aun agitadas, se conoce
Que es mas blando el impulso que las mueve,
Y que a amansar su furia se disponen.
Así acontece á los humanos pechos,
Según cambian de giro las pasiones,
Y así su agitación el ciego Lara
Calmó, y en blando lloro desahogóse,
Cambiando de repente sus ideas-,
Y continuó, sumiso y mas conforme :
" Ay, Ñuño! ....amigo Ñuño!....Grato el cielo
Aun reparo tal vez á mis enormes
Culpas pudiera dar Si tiene vida
La hermana de Almanzor—Era tan jóven!"
" Por qué no ha de vivir?....Ah! si enterada
De que ya libre estoy—viniera....Entonces
El agua del bautismo, el santo nudo
Que bendice de Dios el sacerdote,"
"Pudieran, sí, santificarlo todo.
De ella una santa hicieran, y la noche
En que vivo, tornaran claro dia,
Y esperara sin susto el postrer golpe.
Calló el anciano, y suspiró , la rienda
Soltando á sus falaces ilusiones,'
Lleno de vida el venerable rostro,
Y de expresivo fuego. Bien conoce.
Observándole atento el docto Ñuño.,
Las regiones extrañas que recorre
De su señor la mente ; y que á despecho
De todas sus desdichas y aflicciones,
Y del curso del tiempo, aun su alma oculta
Una pasión antigua, los amores
Que las delicias postrimeras fueron
De su pecho infeliz. Las reflexiones
Que este atisbo al buen Nufio sugería,
Lara, tornando áhablar, pronto interrompe.
Pues dijo así, sus vagos pensamientos
Tomando de repente otros colores :
" Era infiel, era infiel y mi cariño
Reprobo y criminal. Lo reconoce
Harto mi corazón ; mas , ay I su fruto
Era inocente, sí.... Me faltan voces"
" Para expresar lo que en el alma siento
Al recordarme de é l ¿ Con fiero golpe,
Le hundió la muerte en el voraz sepulcro,
Al punto de nacer? ¿ O en ciega noche
De horror, de iniquidad, de idolatría
Vive, y blasfema de mi Dios el nombre ?
Ñuño'....qué horror!'!¿lal vez hembra infelice
En brazos de un infiel ?.... Mi alma se rompe."
" En tantos años, ah ! nueva ninguna
Ha llegado hasta mí.... Zaide, aquel noble
Y valeroso Amir, y que me debe
La libertad y vida, corresponde "
*'* Mal con su obligación, pues no ha buscado
Modo de penetrar hasta la torre,
En donde tantos años he vivido.
Para darme las nuevas" Atajóle
Ñuño en defensa de su amigo Zaide
Con gran calor diciendo : " Desconoces
" Cuál fué tu situación, si á Zaide culpas,
Y olvidas la estrechez y los rigores"
"Con que estabasguardado."—"Escierto,Ñuño,
Prosiguió La ra, " el cielo me perdone.
" Mas tú, ¿ por qué acia Córdoba no fuiste,
" En vez de recorrer tantas regiones?"
Ñuño le respondió : " T ú , señor, sabes
Que no pude tener ni indicio entonces
" De los lazos que en Córdoba dejabas;
" Y hubiera fuerza dado á las atroces
Calumnias, con que viles enemigos
Manchar osaron tu glorioso nombre,
El que un tu servidor y confidente.
Cual yo, á Córdoba fuese." "Tus razones
"Son de gran peso, Ñuño," dijo Lara,
Y en profundo silencio sumergióse,
nclinando el semblante sobre el pecho
)ue con la barba venerable esconde.
| 18romance_arte_mayor
|
Puedo confesar,
que nada hay tan grave
que vivir sin ti. | 8haiku
|
digno sujeto será
de las orejas del vulgo;
popular aplauso quiero,
perdónenme sus tribunos. | 11cantar
|
Irá la falsa mujer
Que al esposo juró amor,
Y el juramento de ayer
Empeñó por un placer
Al disoluto amador. | 29quintilla
|
En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar! | 7serventesio
|
Por nosotros no abandona,
corona
Le ponen por tres ochavos,
clavos
Lleva con fuerza y reluz,
Cruz
El lucero de más luz
por salvar a pecadores
le ponen esos traidores
corona, clavos y cruz. | 0ovillejo
|
Cuando me atormenta amor
con temor, ausencia y muerte,
tengo yo por buena suerte
vivir con tanto dolor
á trueque de esperar verte;
pero porque de sufrir
no se canse el padecer,
finge mi mal un placer
que es imposible sentir
hasta tornaros a ver. | 6copla_real
|
¡Ay, que te pierdes! Vuelve, Tarsis, vuelve,
tierra, tierra, que brama tu navío,
hecho prisión y cueva sonorosa
de los hinchados vientos. | 37estrofa_francisco_de_la_torre
|
E como el que tal ofigio
lo más del tiempo seguía,
sirviendo d'aquel [servicio]
que a su diesa cumplía,
acabó su montería;
falagando los sus canes,
olvidando sus afanes,
cansancio e malenconía. | 15octavilla
|
Si las puertas sabias fueron,
en tal robo no callaron;
más agriamente clamaron
vuestra partida y plañeron;
los sus quicios que rugieron
más que no los de Tarpea,
cuando su fermosa prea
con el Metelo perdieron.
| 40copla_arte_menor
|
¡Que sin poder saber cómo ni a dónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde. | 24cuarteto
|
Como los gatos eres,
Si fiestas haces ,
Pues preparas las uñas
Para arañarme.
No seas gata ,
Pues la bolsa me tienes
Dien arañada. | 27seguidilla_compuesta
|
Ya llegun los pastores
nieve en pellicos
para cantar al Niño
los villancicos | 22seguidilla
|
No hay cosa en este mundo
que no se mude,
el que hoy está abatido,
mañana sube;
que la fortuna
como viene de prisa,
pronto se muda | 27seguidilla_compuesta
|
Y en fin de vuestras acciones
aún las mínimas se ven
con donaire
y sin viento de soplones
que mal os parece quien
os da un aire. | 31estrofa_manriqueña
|
El que hace un apromesa
tenga presente
que ha de cumplir sin falta
lo que pretende:
que tanto obliga,
que hasta los enemigos
deben cumplirla. | 27seguidilla_compuesta
|
Con el ritmo que vuelan las estrellas
acordaba su ritmo la resaca,
y peregrina en las doradas huellas
fue sobre el mar una nocturna vaca. | 7serventesio
|
El que era pión domador
enderezaba al corral,
ande estaba el animal
bufidos que se las pela...
Y más malo que su agüela
se hacía astillas el bagual. | 12sextilla
|
Y también la tredentuda,
que come los recentales,
y no dexa los añales
cuando un poco está sañuda,
cuido que no tardará
de venir y aun tragará
también la su partecilla.
Dime, aquesta tal cuadrilla,
¿a quien no despantará? | 38novena
|
Si no quisiese bien el hombre a la mujer
el Amor no podría tantos presos tener;
por muy santo o muy santa que se suponga ser
nadie sin compañía quiere permanecer. | 9cuaderna_vía
|
No a tan grande ira cierto provocó
la muerte del ciervo al pueblo latino,
ni la de la tigre en saña inflamó
a los sucesores del Agenorino;
ni creo resuello labial viperino
más contaminase ninguna ferida
que fizo a la gente la espantosa crida,
por donde el efecto tramado previno.
| 41copla_arte_mayor
|
Compañera mía,
no me des más penas,
que yo seré un esclabito tuyo
jasta que me muera. | 26seguidilla_gitana
|
Uno dice que os dessea
y que vos le amáis y os ama;
yo no sé si me lo crea,
mas assí suena la fama.
Ya paresce por razón,
si por obra lo ponéis,
no errava en el coraçón
cuando dixe en mi canción:
Quiera Dios no me toquéis. | 38novena
|
Y unas calzas que de rotas
ya no pueden atacarse,
y unas viejas medias botas
que rabian por abajarse: | 5cuarteta
|
¡Soy culpable, Señor, no sé mi culpa;
soy misesrable esclavo de mi obras;
no sé qué hacer de esta mi pobre vida;
tu voz espero! | 36estrofa_sáfica
|
ni aquellos capitanes
en las subilmes ruedas colocados,
por quien los alemanes,
el fiero cuello atados,
y los franceses van domesticados; | 14lira
|
No te llames, Cupido,
deidad sagrada,
pues, tirano, permites
crueldades tantas. | 22seguidilla
|