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46 classes
¡Oh excelso muro, oh torres coronadas de honor, de majestad, de gallardía! ¡Oh gran río, gran rey de Andalucía, de arenas nobles, ya que no doradas!
24cuarteto
¡Oh bosques y espesuras, plantadas por la mano del amado! ¡Oh prado de verduras, de flores esmaltado, decid si por vosotros ha pasado!
14lira
Apretad, Amor, la llave, muera de amores el alma, que se ha puesto cabe el trigo, junto al corriente del agua.
11cantar
Trabaja, y mientras trabaja masculinamente serio, se unge de lluvia y se alhaja de carne de cementerio.
5cuarteta
Mas viendo que le escuchan con el olfato Esto dijo Pedonio de ira bufando. Palabras por la boca soltaba Atentos este es mi manifiesto se callen no molesten de balde
16chamberga
Después del tiempo pasado a tu lado, tu amante de ayer y hoy soy, y, de tu encanto, aprendiz feliz. Y ya sin ningún matiz con el corazón te grito: Mi vida, te necesito, ¡A tu lado soy feliz!
0ovillejo
Un asno soy ahora, y miro a yegua bocado del caballo y no del asno, y después rozo un pétalo de rosa, con estas ramas cuando mudo en olmo, en tanto que mi lumbre de gran día el pubis ilumina de la noche.
39sexteto
En mi cuaderno no caben más palabras, ahora escribiré en la inmensidad del cielo todo lo que siento, comenzare por un te quiero y luego adornare con flores cada hueco que quede al descubierto.
35unknown
Córdoba insigne! . . . . ¿dónde tu grandeza, Dónde está tu poder?....¿Con quién su saña Mostró el tiempo voraz como contigo, Y la ciega Fortuna su inconstancia? De tu templo á los mármoles pregunta Y á las antiguas vividoras palmas, Que de la edad triunfando y de los vientos, Con noble majestad las frentes alzan : Pregúntalo también al silencioso Guadalquivir, que boy riega solitarias Las extensas llanuras, donde fueron Los jardines y alcázares de Zabara; Y te dirán cuál fué tu poderío. Que indestructible y firme lo juzgaban; Mas que pasó, como al soplar del cierzo Las leves nubes por el cielo pasan. De tu alta gloria en los risueños dias, Cuando atónito el orbe te aclamaba Reina feliz del musulmán imperio. Cuna de ciencias, de guerreros patria ; Cuando tus arruinados torreones, De los siglos despojo, y tus murallas, Do el cárabo nocturno anida y gime Entre cardos incultos y entre zarzas, Eran trono esplendente de fortuna, Corte de Hixcen, y templo de la fama ; En el palacio de Almanzor crecía Un joven de presencia muy gallarda, Pero infeliz. E l bozo delicado Apenas su semblante hermoso esmalta, Y ya la mano atroz de la tristeza Le rompe el corazón, le aprieta el alma. Naturaleza de sus ricos dones, Liberal y benigna, le dotara 5 Beldad, y robustez, y lozanía Su juventud ternísima acompañan : El cielo afable engrandeció su mente Con alto ingenio, concedió a su alma Virtudes y dulzura, y á su pecho El germen de las ínclitas hazañas : Ni le niega Fortuna sus favores, Pues goza del cariño y de la gracia Del insigne Almanzor, en quien el peso Del imperio muslímico descansa. Mas, ay! .... un velo misterioso encubre Su incierto origen : del soberbio alcázar En los jardines desvalido infante Se halló al nacer....oh suerte desdichada! Si con ansia de gloria late altivo Su corazón, si ilustres esperanzas Se atreve á concebir, y noble gozo Su hermosa frente y sus mejillas baña, De pronto el azaroso pensamiento De que al crimen tal vez ó á la desgracia Debe el vivir, sus ilusiones borra. Nubla sus ojos, y su faz espanta. Así cuando en zenit su pompa ostenta Y argentado esplendor la luna ufana, Oscura nube llega silenciosa, Y toda su beldad ofusca y tapa : O si gozoso al estrellado cielo Tranquilo estanque plácido retrata, Inoportuno soplo repentino La imagen borra, y el cristal empaña. Su afanoso dolor y oculta pena Ai paso de la edad crecen y avanzan, Después que en flor, la embravecida suerte Le robó su consuelo y su esperanza, Pues cuatro veces bosques y jardines De frescas hojas y de flores varias Engalanó la rica primavera, Triunfadora de hielos y de escarchas, Desde que el duro brazo inexorable Del Angel de la muerte arrebatara Todo su encanto al cordobés imperio, Y al Hagib2 Altnanzor su tierna hermana. —Era Zabira una princesa insigne, De aquellas que la mano sacrosanta Del cielo bienhechor concede al mundo, Para consuelo de la especie humana. Bella como el lucero refulgente. Fin de la noche y precursor del alba, Y cual la flor hermosa del desierto, Melancólica siempre y retirada. Pasó los dias de su vida breve Lejos de la opulencia y de las galas De la espléndida corte; aunque el imperio Idolo y gloria suya la aclamaba. En el albor de sus primeros años, Reina de la belleza y de la gracia, Brilló tal vez en fiestas y en liceos, Y en los jardines plácidos de Zahara ; Mas de ellos pronto huyó, cual brilla y huye Luciente exhalación 5 y de su alcázar Solo dejaba el muro y los jardines Para el lloro enjugar de las desgracias. De consuelos dulcísimos tesoro Y de bondad celeste era su alma, Do servidumbre, ancianidad, pobreza Benéficos apoyos encontraban. Cuando al grande Almanzor, su ilustre hermano Que ornado de laureles y de palmas, De Hixcen el cetro á su placer regía, Turbaba el pecho embravecida saña ; De la amable Zahira los halagos Su generoso corazón calmaban, Como la nube bienhechora templa Del astro abrasador la estiva llama. Si al volar á dormir bajo la sombra De la misericordia soberana, Dejó huérfano el mundo, ¿ el triste pecho Del garzón infeliz cómo quedara ? Ella cuidó de sus primeros días, Y él en su seno el sueño de la infancia Logró felice entre amorosos besos, Y al tierno arrullo de caricias blandas. Ella de su palacio en los jardines En sus pueriles juegos se gozaba, En su flexible corazón semillas De honor y de virtud sembrando sabia. Ay, cuántas veces, mientras él gozoso Tejiendo ramilletes y guirnaldas, Con amable inocencia recogía Fragantes yerbas, florecillas varias, Zahira contemplando las facciones De aquel rostro infantil y tiernas gracias, De un oculto dolor sobrecogida Bañó el semblante en lágrimas amargas! Cuando volando las fugaces horas La luz de la razón brilló en el alma Del fortunado Huérfano, su anhelo Fué de rico saber engalanarla. A Zaide, á Zaide, cuyo fuerte brazo Fué en otro tiempo apoyo de la patria, Terror de los cristianos escuadrones, Y gloria de las lunas musulmanas, Y que en la edad madura disgustado De la pompa del mundo y de las armas, En el retiro y en la paz vivía Felice en su castillo de la Albaida ; A Zaide, que modelo de virtudes Y de las ciencias luz Córdoba aclama ; Los tiernos años del gracioso niño Con discreta elección prudente encarga. Así se entrega á diestro jardinero La generosa y delicada planta, Que debe al cielo remontar un dia Con fruto opimo las frondosas ramas. Mas de Zahira la contraria estrella Le niega el ver cumplida su esperanza, Y al sueño eterno en sus mejores años Con encubierto impulso la arrebata ; Pues cumplir las catorce primaveras A.penas vio á su Huérfano del alma, Creciendo en robustez y lozanía, De ciencia y de virtud bajo las alas, Un secreto penar, que el crudo diente Ejercía feroz en sus entrañas. Cortando el vuelo á sus preciosos dias, La hundió en las sombras de la tumba belacia. Y cuando los instantes de la vida Conoció que la fuga apresuraban. Reuniendo en sí los últimos alientos. Resplandores de lumbre que se apaga, Al mancebo y á Zaide, que postrados Al pié del lecho prosternados callan. Con voz lánguida pide que se acerquen, Y que escuchen sus últimas palabras. Haciendo despejar el aposento , Do el Angel Azrael victoria canta, A los físicos doctos que la cercan Y al lloroso tropel de sus esclavas; Por la postrera vez sus bellos ojos Con luz ardieron de celeste llama , Y tendiendo los brazos en su seno Estrechó á aquel objeto de sus ansias Y con labio anheloso, Hijo, le dice, Hijo (que nombre tal el cielo manda Que te dé en este instante) en otro suelo M Una sagrada obligación te llama. 'Crece en valor... y cuando llegue el dia..... Zaide tú cuidarás La huella helada De la muerte feroz selló su boca, En ronco hervor tornando sus palabras. Mas aun con ojos y con brazos muestra Los últimos anhelos de su alma, Y dejando en las manos del mancebo Una sortija que á la suya arranca, Cual tierno lirio que el arado troncha, Quedó, en silencio lúgubre la estancia, Y el Huérfano infeliz entre los brazos Del triste Zaide, á quien las fuerzas fallan. Desde aquel día de terror y cspanlo, ¡ Cuán diversos afectos agitaran Al joven desdicliado ! A describirlos Mi humilde verso y mi poder no alcanzan. Contempla absorto la fatal sortija, Que de su corazón jamas aparta, Y el secreto escondido que contiene, Quiere arrancarle á fuerza de mirarla. Ni un momento se van de su memoria De Zaliira las últimas palabras, Y le turban el sueño, y en sil mente Son espectros confusos y fantasmas. Una vez y otra vez en vano á Zaide Ruega y conjura, que con mano franca Y amiga rasgue el tenebroso velo De tantas dudas, de zozobras tantas. Mas Zaide á sus preguntas no responde, O suspirando y con amor le abraza, Y, Crece, crece, le contesta solo, Y aprende á fulminar la dura lanza.
18romance_arte_mayor
En un día de toros dijo un marido por no tener un cuarto me hallo corrido Y así, no quiero ir a ver mis parientes sin el dinero.
27seguidilla_compuesta
y aun a más su famoso ingenio alcanza, pues en las verdes hojas de sus días nos da de santos frutos esperanza.
33terceto
En todo terreno ser sólo permanece y dura el mudar. Lo que hoy es dicha o placer será mañana amargura y pesar.
31estrofa_manriqueña
Luego asoma a mi labio otra sonrisa máscara del dolor, y entonces pienso: -¡Acaso ella se ríe como me río yo!
23cuarteto_lira
Quiero contarte en la tierna mañana con mi rocío
8haiku
Yo en fuego ardo, vos heláis en nieve, y, libre del Amor, alzáis el cuello, ingrata a los tormentos de mi alma; que aun blandos a su mal no dais los ojos. Mas siempre la abrasáis en viva llama y sus alas pendéis en vuestras hebras.
39sexteto
Llegó el dia fatal : la extensa plaza Inundó ansioso pueblo, y por tablados, Antepechos, terrados y barreras Fuese á la luz primera acomodando." eí En un balcón, donde de seda y oro Descollaba un dosel, el conde Sancho, Su madre, el arzobispo y el de Lara Los supremos sillones ocuparon ; en el opuesto frente, los esposos, De joyas y de plumas adornados, Un espacioso corredor, vestido De yerba y flores, y de emblemas varios. " " Por séquito llevaban veinte pajes, Escuderos y damas, diez hidalgos Eran su escolta, y deudos y parientes En derredor con ellos se asentaron." " De allí no muy distante honrado puesto Yo con los mios ocupé, y al lado Caballeros leoneses lo tenían, Extrangeros ilustres y prelados." "Los siete Infantes, con Incidas galas Y con gallardas plumas muy bizarros, Andaban recorriendo entre el bullicio La extensa plaza, pórticos y andamies " Y cada cual, al punto del despejo, Según su inclinación se fué buscando. Escaso asiento junto á alguna hermosa, Y en la barrera lo encontró Gonzalo." Se asordó el viento con los recios sones De timbales y trompas | los heraldos El cartel y las leyes de la justa De nuevo en alto acento pregonaron los mantenedores a la liza, De pajes y padrinos rodeados, Ceñidos de magníficos arneses, Salieron en fortísimos caballos." " E l gigante orgulloso, Alvaro Sánchez, Sobresalía entre los otros cüatro, Gomo alta torre entre los altos muros, Una fornida lanza manejando." " Luengas espadas ostentaban todos, Anchos escudos, y pendiente al lado Del dorado borren !a fuerte maza, Y por empresa un sol, rey de los astros." El combate empezó : lances diversos En él hicieron caballeros varios. Allí dos de Alafranc y dos leoneses con la espalda midieron el estadioj" " Y cuantos guerreadores en la arena Conquistar intentaron aquel paso, Las lanzas rotas, los corceles muertos, Vencidos fueron y por tierra echados." "Aunque de los que el puesto mantenían. También cayeron á su vez los cuatro; Vengólos Alvar Sánchez , que invencible Derribó fuerte cuanto vino al campo. No era noble y gentil su conlinente, No diestro se mostraba ni gallardo 5 Pero era emblema de la fuerza, estaba Mas firme que los toros de Guisando." " La torre de Malmuerta parecía, Cuando la tempestad la embiste en vano, Y en ella el liuracan embravecido Se estrella, ronco de furor bramando. " " Doce conquistadores ya vencidos, De arneses, mallas, plumas y penachos, Y de astillas y sangre la ancha plaza Toda cubierta estaba, y al ocaso " " Se retiraba el sol. En la ancha arena A Castilla y al orbe provocando, Los cinco justadores persistían En ocio por la falta de contrarios." "Alvar, enardecido y orgulloso, Ronco gritaba así de cuando en cuando : ¿No hay j a quien ose combatir conmigo?... Salga el que no me tema, aquí le aguardo. " Mas como nadie á responder saliese, Para dar diversión al vulgo vano. Un juglar que servía á doña Lambra, No sé si malicioso ó mentecato, En quien tenía su privanza ella Por regocijador de su palacio ; Dejando el escabel de su señora, Do el tiempo había de la justa estado " Bajó á la plaza, del bonete rojo Los gruesos cascabeles repicando, Y de su traje de botarga haciendo Ostentación con gestos y con saltos," " Empezó á recorrer la extensa liza, Una hinchada vejiga atada a un palo Revolviendo en el aire, ó ya con ella . El suelo y los puntales golpeando. " "Fué universal la risa : le tiraban Bollos, frutas, confites y el, ufano, Ya afrentaba insolente á los vencidos, Ya daba al vencedor necios aplausos." " Al pasar inmediato al antepecho, Do sin mirarle hallábase Gonzalo, Haciendo contorsiones y figuras, Prorumpió así con atrevido labio: " "Qué tal? qué tal, mancebo? a l l í no hay trampa, Ni g a l l a r d í a s , ni impotente garbo : Todo a l l í es corazón, y todo es puño, Y los ojos eerrar, y dar trancazos. M i alma con la suya,. Dios nos libre ])c que enarbole en contra nuestra el brazo: No es un g a l á n de alcorza. Dijo y fuese, Cabriolas mil y carcajadas dando." " Furioso á castigarle se arrojara, Encendido de colera Gonzalo ; Pero respeto al padre le contuvo, Y alzóse de su puesto despechado," '* Cuando al llegar á un corro en otra parte, Oyó decir á un labrador anciano : Ya no se halla en Castilla quien compita E n fuerza y en poder con ese hidalgo. " " Es un j a y á n , repuso otro del pueblo, que pudiera de un soplo hacer pedazos la mezquita de Córdoba. Los Laras la aciertan con estarse en los andamias." " Prosiguió el labrador: Muy bien han hecho, Aunque hubieran salido del engaño De que son invencibles. Otro dijo : Harta disculpa tienen, son muchachos. " " Colmóse la medida, ardió en el pecho Del jóven un volcan, y rebramando, Ni vió mas, ni oyó mas ; y del concurso Y de la plaza huyóse sofocado Mas nadie lo notó. Los justadores En inacción siguieron grande rato, Y ya el vulgo impaciente se mostraba Del vil juglar y de sus chistes harto " " Cuando las huecas trompas y timbales Con general contento resonaron, La llegada anunciando de un guerrero Que viene á combatir. Por los tablados" " Cundió el rumor confuso de gran pueblo, Que se fué nuevamente acomodando, Y que hundióse en silencio al punto mismo Que el nuevo guerreador entró en el campo." " Toscas vulgares armas, iii aun lucientes, Sin plumas ni labores pobre casco, Calada la visera, y un escudo Liso, sin mote, ni blasón, ni ornato," " Sacaba el caballero, y en la cuja Una lanza de guerra, y un caballo. No de tendida crin y noble aspecto, Aunque lijero y dócil al bocado." " Del peto y espaldar hebillas varias Sin abrochar estaban demostrando, Que acababa de armarse á toda prisa. Como todos al punto lo notamos Eran tales su gracia y gentileza, Tanta la habilidad, soltura y garbo Con que regía el pisador, y tales Su noble talle y cabalgar gallardo ;" "Que adiviné quién era en el momento, Y todos ó los mas lo adivinaron. Mas por aquel instinto que resalta Siempre en la mucliedumbre, no hubo un labio" " Que imprudente su nombre pronunciase, Y fué el silencio universal, tornando Todos la vista acia el señor de Lara, Que escondió el rostro con entrambas manos." " Y o miré á Ruy-Velázquez, cuyos ojos Ardieron de furor, y con recato Habló algunas palabras al oido De doña Lambra, que su faz turbaron.:' í£ Dio el caballero en torno á la estacada Un airoso paseo, acreditando Quién era mas y mas, y haciendo pruebas Del poder y obediencia del caballo " Y parándose en medio, en voz sonora Pidió con Sánchez combatir. Negado Por los jueces le fué, por no ser Sánchez El que debia sostener el campo, Pues antes de su turno, lo tenían Para entrar en la lid dos de los cuatro. La ley fué obedecida, y presentóse Aquel á quien tocaba, muy ufano ;" " Pero apenas salió, vióse en la arena Con potro, escudo y lanza derribado, Al choque del incógnito, que mudo Tornó á ocupar su puesto á lento paso. " "Salió el segundo, las primeras lanzas Valiente resistió de brazo á brazo : No fué tan venturoso en las segundas, Y vencido cayó del potro abajo." " El pueblo lleno de sorpresa estaba, Faltándole la voz para el aplauso, Porqué ve con pavor llegado el punto Be que entre el fuerte Sánchez al estadio.'' £í Cubierto estaba de sudor y espuma El corcel del incógnito. Saltado Habían las hebillas de su almete : Grítale el pueblo ; Toma otro caballo., ' "Mas él nada responde; y firme espera A Sánchez, que en la plaza entró bizarro, En un morcillo que la llena toda, Y la estremece al golpe de sus cascos. A j ! yo vi entonces del señor de Lara Demudarse la faz, y vi bañado De amarga risa el pérfido semblante De Velazquez también, y que la mano" " Tomó á su esposa, y que miró á los suyos, Desprecio y confianza demostrando, Miéntras la muchedumbre en gran silencio, Ni aun osa respirar de miedo y pasmo. " "Sonó el clarin, partieron como flechas Sánchez y el caballero 5 se encontraron, Y en el opuesto escudo cada lanza Tocó, dió lumbre, y resbaló, dejando" " Honda señal. Los potros revolvieron, Ambas picas rompiéronse en pedazos : Continuaron con otras el combate, Y pretal con pretal al fin se hallaron*" " El corcel del incógnito el empuje Sufrir no pudo del corcel contrario; Dobló las piernas, y en la ardiente arena Los corvejones estampó. A espolazos" " Sostúvolo el ginete, y como el viento Le hizo arrancar, y separarse á saltos. Sánchez buscó otro choque mas no era Tan diestro en el manejo del caballo ual su competidor, que lo evitaba Con gran saber, y que le dio á soslayo Un duro bote, que abollóle el peto, Sin que el broquel pudiese repararlo." "Entóneos advirtiendo Alvaro Sánchez, Que un solo broche sujetaba el casco Del justador, dirígele la punta Con tanta furia y con acierto tanto," " Que dejó descubierto el rostro hermoso Del noble mozo, del gentil Gonzalo, Quien en furor ardiendo, la cabeza Con el escudo esconde, y como un rayo," "Acomete al jayán á todo trance, Por tierra le derriba, retemblando La plaza toda al poderoso golpe; Y ensordécese el viento con aplausos." " Apenas el gigante tocó el suelo, Púsose en pié, denuestos vomitando Contra su vencedor, y con gran furia Desenvainó la espada. Sosegado" " E l joven reclamó las condiciones; Pide lo mismo el pueblo en gritos altos, Y todo es confusión. Luego á la arena Los jueces descendieron de su escaño declaran que está Sánchez vencido, Y que el conquistador debe en el campo Aun con los otros dos mantenedores, Cual previene el cartel, seguir lidiando." "No sin dificultad plegóse Sánchez : Tal vez alguna, seña del airado Velásquez le obligó. Tornó á su puesto, Y otra celada se ciñó Gonzalo.^ " E l caballero á quien tocaba el turno, Fué á cabalgar; mas por su bien faltaron De su corcel las cinchas, accidente Que dió á la fiera lid corto intervalo." " ]En el cual doña Lambra la orgullosa, De acuerdo con su esposo, y deseando Su furor desahogar : s/nda, le dijo Al bufón, que á sus pies había tornado," ** Anda, y hazle una afrenta d ese mancebo La que encuentre mayor tu ingenio claro. JIazla pues sin temor, y d m í te acoge ; Mi respeto y poder serán tu amparo. " " E l escabel dejó de su señora El juglar, y en la plaza á corto rato Se presentó, con nuevas contorsiones, Aunque escondiendo entre sus ropas algo Se acercó al veiicedor, y con despejo, Muy bien lo has hecho, dijo, bravo! bravo! Mas yo quiero también justar contigo : Esta es mi lanza... ahí v á . , . g u a r t e f seo guapo.''' " Y un verde cohombro tinto en fresca sangre Le tiró al rostro, con fealdad manchando Todo el arnés, y huyóse á gran carrera, Dejando al pueblo todo horrorizado." " E s esta acción mirada allá en Castilla Por la afrenta mayor : %1 tal que el hidalgo Que al agresor no mata al mismo instante. Queda en infamia eterna sepultado." " E l ilustre mancebo ardiendo en ira Se arroja en pos del vil que acia sus amos Rápido vuela \ tírale la lanza Al punto en que trepaba á los andamies." " Y de la espalda al pecho atravesóle. De modo que sin vida en el regazo Cayó de su señora, con su sangre Veste, brazos y pechos salpicando." '( Pálida doña Lambra un alarido Lanzó, y vencida de letal desmayo. Cayera del sitial, si no encontrara De sus dueñas y damas con los brazos. Velázquez furibundo ronco grita : Llegó el momento, d la venganza, hidalgos!.. Muera, muera. Y con todos sus parientes Ciego se arroja dentro del estadio." UA1 joven vencedor cercan al punto, De otros muchos seguidos, sus hermanos, Y los estoques de festejo y gala Desnudos centellean por el campo." " Cúndela confusión, suenan las trompas, Gritan los jueces 5 su gritar es vano : Tira su cetro en medio de la arena, Y es hollado y no visto, el conde Sancho." "Se asustan las mujeres, y los niños Contra el seno escondiendo entre los brazos, Huyen y dejan la confusa plaza : Tiemblan y huyen con ellas los ancianos.^ "Crecen los valedores de ambas partes, Trábase horrenda lid. La daga en mano A ella corre Velázquez : el de Lara Que entró en la liza por distinto lado," "Solo paz anhelando, que era padre, Quiere todo á la paz sacrificarlo; Y le sale al encuentro, á contenerle Con blando ruego y amistoso abrazo. Mas, ay!....¡al abrazarle, una coraza Oculta bajo sedas y brocados Apretó !....Se cuajó su sangre toda, Y un vuelco dióle el corazón llagado." "Pudo quedarle duda?—No, no era La infantil imprudencia de Gonzalo Mas que un fútil pretexto 5 la vil trama Estaba ya dispuesta de antemano." "Deudos, parientes, escuderos, pajes, Todo el séquito en fin de su cuñado, Cubiertos van de redoblado acero, Vilmente oculto so los ricos sayos." "Mísero padre!....la traición patente, ¿Qué le queda que hacer?....Con duro brazo Ayudar á sus hijos A ellos vuela, Anima de su casa á los hidalgos," " Y métese sañudo en la batalla : Todo es sangre y horror. Torna á caballo Con los suyos furioso Alvaro Sánchez, El pendón de Velázquez tremolando." " La destreza y valor eran de parte De los de Gústios pero el otro bando Armado iba y dispuesto. Una lanzada A un Infante tocóle de soslayo : También Velázquez recibió otra herida, Y estaba como tigre, fuego echando Por los feroces ojos: el de Lara Lidiaba firme como león bizarro." " La condesa doña Ava— ilustre dueña! Sí, yo la vi del uno al otro lado Correr, gritar, y en medio del peligro Pedir paz y quietud á sus vasallos." " Al meterse una vez en la pelea, Tocó una punta al jóven conde Sancho, Que con gentil esfuerzo la seguía, Sumisión y obediencia reclamando." " Leve su herida fué ; pero al mirarle La faz marchita, el pecho ensangrentado, De terror ambas turbas se cubrieron, Y en el momento de lidiar cesaron ; " Momento de quietud, que el arzobispo, Cual discreto y prudente, aprovechando. Con sus insignias y sagradas ropas, Que son de gran respeto entre cristianos," '* Lanzóse en medio, y con terrible frente Amenazó del cielo con los rayos A uno y otro partido, si al momento No dejaban la lid? y libre el campo. Sus amenazas, y el pavor y susto Que al ver herido á su señor helaron Al feroz vulgo, y el postrer reflejo Que el crepúsculo daba desde ocaso," " A ambas ciegas facciones contuvieron ; Y de la plaza por distintos lados, Siguiendo cada cual á su caudillo, Salieron, y de Búrgos se alejaron." Gonzalo Gixstios con los siete Infantes, Y con todo el tropel de sus vasallos Fué á Salas : Ruy-Velazquez con los suyos A Barbadillo, centro de su estado.
18romance_arte_mayor
Las horas y su medida debes, hijo, conocer y echar en ellas de ver la brevedad de la vida. Son números compasados, leguas de la senda humana, descripción fácil y llana de los esféricos grados.
28copla_castellana
No con poco disfavor partiendo con alma triste que, si gran pena sentiste, la mía no fue menor; temo yo, triste amador, viendo vuestra pasión tanta, serme la vida peor y el temor temo quebranta y más esfuerzo levanta para mal sufrir mayor.
25décima_antigua
Hay noches de esas que las carga el diablo y se nublan de azul las transparencias con antiguas canciones de amores sin destino y vuelven a mi mesa recuerdos olvidados: una tarde de otoño verdecida de llanto el silencio de un beso despedida y dolor.
35unknown
Por eso ser sincero es ser potente; de desnuda que está, brilla la estrella; el agua dice el alma de la fuente en la voz de cristal que fluye de ella.
7serventesio
Por las puertas del alma, con gran recato, pasan los pensamientos de contrabando: porque sus guardas, al sobornos del gusto dan puerta franca.
27seguidilla_compuesta
Entre los brazos de nueva amante temo la imagen de mi antiguo dueño; ni alegre sueño, ni tranquilo día ha de dejarme.
36estrofa_sáfica
tú, que tan grandes tormentos sufriste sin resistencia en tu persona, no por mis merecimientos, mas por tu sola clemencia me perdona.»
12sextilla
Meresía esa serrana que la fundieran de nuebo, como funden las campanas.
30soleá
Cree la vulgar opinión que el alma de un moribundo piensa, más que en este mundo, en Dios y en la salvación. Oye, Leonor, la canción que hirió el pensamiento mío al son del eco sombrío de mi funeral campana: -"CUCU, cantaba la rana, CUCU, debajo del río."
13espinela
Olas gigantes, que os rompéis bramando en las playas desiertas y remotas, envuelto entre la sábana de espumas, ¡llevadme con vosotras!
21silva_arromanzada
a sus pies puesto un esclavo cargado de propios yerros, el corazón en los ojos, le dice humilde estos versos:
11cantar
Y si es tan fiel su balanza, Si no perdona ni olvida Lo que fué, ¿Para qué tomar venganza Ni esperarla en otra vida? ¿Para qué?
31estrofa_manriqueña
De mi malogrado amor es la suerte tan contraria que muere por no entendido y siendo entendido acaba.
11cantar
¡ay sorino, Sorino, cómo el día huyendo se desliza, y unos atropeallando y otros años a la muerte corremos a porfía! ¿Tanta priesa a volvernos en ceniza? Y a tales desengaños, mal ciegos con afanes ¡ay! tamaños, irás en sombra de ambición mentida, fatigamos la vida.
38novena
En los profundos abismos de tu desdicha corriente, ¿quién te hizo ser prudente sino tus trabajos mismos? Cesaron los parosismos, haciendo los males cursos; mas tus trágicos discursos publicarán tus concetos en locutorios secretos y en generales concursos.
13espinela
Al trueno formidable que sorprendió la tierra, se adoró el misterioso rayo de la Divina Providencia.
17endecha_real
Beba el madrigal coqueto en los lirios vino blanco, y pensativo el soneto descanse en rústico banco.
5cuarteta
No abandones tu dama, no dejes que esté quieta, siempre requieren uso mujer, molino y huerta; no quieren en su casa pasar días de fiesta, no quieren el olvido; cosa probada y cierta.
9cuaderna_vía
A serbir al rey me boy, y er biento que da en tu puerta son los suspiros que doy.
30soleá
Y en vez de agudo esquilón, De la tarde anuncia el fin El doblar de la oración, Que apaga su ronco son Del horizonte al confín
29quintilla
y, ardiendo en amor divino, donde nuestro bien se fragua, apartando el manto al agua, por el fuego haréis camino;
19redondilla
Cuando era nuevo el mundo y producía gentes, como salvajes, indiscretas, y el cielo dio furor a los poetas y el canto con que el vulgo los seguía,
24cuarteto
Vírgenes semejantes a azucenas, que el verano vistió de nieve y oro: al que es fuente de vida y hermosura rogadle por nosotros.
21silva_arromanzada
Es un privilegio impío Mirar el placer ajeno En su loco desvarío, Y en el corazón vacío Sentir acerbo veneno.
29quintilla
La inclinación o fuerza del destino, y de qué estrellas consta y se compone, y cómo influye este planeta o signo,
33terceto
Y vi que un peregrino, Bello como Santiago, Iba por mi camino.
10tercetillo
¿Quién pensara que el color de tal suerte me engañara? Pero ¿quién no lo pensara como no tuviera amor? Madre, en ellos me perdí y es fuerza buscarme en ellos. ¡Ay, que me muero por ellos y ellos se burlan de mí!
4octava
Si pan, ¿cómo le adora la criatura? Si Dios, ¿cómo en tan chico espacio cabe? Si pan, ¿cómo por ciencia no se sabe? Si Dios, ¿cómo le come su hechura?
24cuarteto
La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos. Niño, déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados. Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño, déjame, no pises mi blancor almidonado. El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño, tiene los ojos cerrados. Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. Cómo canta la zumaya, ¡ay cómo canta en el árbol! Por el cielo va la luna con un niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. El aire la está velando.
1romance
La soldada que le damos y aun el pan de los mastines comeselo con ruïnes ¡guay de nos que lo pagamos! Y de cuanto ha llevado yo no lo veo medrado otros hatos ni jubones sino un cinto con tachones de que anda rodeado.
38novena
¡Oh, mundo! Pues que nos matas, fuera la vida que diste toda vida; mas según acá nos tratas, lo mejor y menos triste es la partida de tu vida, tan cubierta de tristezas, y dolores muy poblada; de los bienes tan desierta, de placeres y dulzores despojada.
31estrofa_manriqueña
Hermosa como ella misma, desmintiendo vanidades, que lo que tiene de ingrata es lo que le falta de ángel.
22seguidilla
Yo, mirando una ribera, vi venir por un gran llano un hombre que cortesano parecía en su manera: vestía ropa extranjera, hecha al modo de Brabante, bordada, bien rojeante, pasante de la estribera.
40copla_arte_menor
Busca mujer esbelta, de cabeza pequeña, cabellos amarillos, no teñidos de alheña, las cejas apartadas, largas, altas, en peña; ancheta de caderas, esta es talla de dueña.
9cuaderna_vía
Es la partida forzada, pero no por causa mía, que cualquier bien dejaría por verte en esta majada, do vi el fin de mi alegría. Mi amo, aquel gran pastor, es quien me hace partir: a quien presto vea venir tan lastimado de amor como yo me siento ir.
6copla_real
Moja de sol su extremidad el sauce: se unta de cielo...
8haiku
A través de las filas corrompidas de grandes corruptores, tú paseaste en triunfo la virtud, dones soberbios altivo despreciando.
37estrofa_francisco_de_la_torre
Es cierto que allí van también profanos en busca de las lindas profesoras, hombres sin duda en su pensar livianos, que de todo hacen burla a todas horas, sin gravedad, de entendimiento vanos, gentes de natural murmuradoras, que se mofaran de Villena mismo evocando los diablos del abismo.
2octava_real
De dolor y de espanto fué aquel dia, Y el siguiente ofreció nuevos motivos De confusión, de h o r r o r y de despecho A K e r i m a infeliz; pues cuando el b r i l lo P r i m e r o de l a aurora en el oriente Apareció, p a r ó s e ante el postigo Del j a r d i n del alcázar un caballo Cubierto de sudor , y un campesino Moro bajando de él, con gran presura En los patios e n t r ó del edificio, P r e g u n t ó por Zelima, y un instante Le h a b l ó , y d i ó l e una cosa. A l punto mismo La favorita, s in perder momento, Subió, y á su s e ñ o r a un r o l l o escrito, Con un negro cordón en torno atado,, E n t r e g ó , y r e t i r ó s e . Temblor frió A K e r l m a agitó, y un largo espacio N i aun fuerza bailó para romper el hilo Que cerraba l a carta misteriosa, Dándole el c o r a z ó n grandes latidos. Repuesta al fin de l a primer sorpresa, D e s a r r o l l ó el delgado pergamino , Y leyó estos renglones espantosos, Por una mano tembladora escritos. Kerirna : yo d tu padre he dado muerte ; Mas no fui yo, fué solo su Destino. Le herí sin conocerle, defendiendo La vida, que arrancarme aleve quiso. Perdóname, mi bien : el justo cielo D i r i g i ó el duro golpe....Mas qué digo?.... Para matarle solo fui engendrado : Soy del noble señor de Lara hijo. Yace en prisiones, y d salvarle vuelo, A combatir al pérfido enemigo De mi estirpe infeliz.... A Dios, Kerima. E n dando cumplimiento al deber mió, La muerte buscaré : la muerte anhelo. Cómo sin ti vivir? Aborrecido Te debe ser quien te privó de padre.... A b o r r é c e m e ! ! ! . . . Si,yo, yo d mi mismo Me aborrezco t a m b i é n . ¿ P o r q u é a u n n o ignoro La insigne sangre q ue en mi pedio abrigo?... A Dios, d Dios.... M i madre fué Z a h i r a . . . . Que no pierda, por serlo, el merecido Respeto que d su nombre tributaste. Las floresj que circundan el recinto De su sagrada tumba, no perezcan.... Pronto mi sombra en él buscará asilo. K e r l m a apenas concluyó la carta, Con desmayo letal á t i e r r a vino, E n insensible m á r m o l convertida, Privada de calor y de sentidos. I n f e l i c e ! . , . . ¡Mas, ay, no es mas dichoso E l que la carta apasionada ha escrito, Y que á Burgos camina á largo paso, Con veinte esclavos y su anciano amigo!
18romance_arte_mayor
Anduvieron de tal guisa aquella tan noble gente hasta cerca de una fuente, con placiente gozo y risa: En el convite de Elisa No se fizo tan gran fiesta, Como en aquella floresta, Que mi proceso divisa.
40copla_arte_menor
Tu pupila es azul, y cuando lloras, las transparentes lágrimas en ella se me figuran gotas de rocío sobre una violeta.
21silva_arromanzada
El fingido enamorado sufre ver crudeza y mal, mas el amador leal no puede de lastimado; así yo, por vos penado, de vuestro mal muy cuidoso, sin tener otro cuidado, por no veros sin reposo y por dar fin presuroso, vine hasta este despoblado.
25décima_antigua
Eran cual reyes ayer, Que de pompa se rodean; Y son luego Los que en bajo menester, Viles esclavos, se emplean Sin sosiego.
31estrofa_manriqueña
Alas me niega el gracejo Que vuestros encantos roben; Mas en cambio de amor joven, Amor os tengo tan viejo, Y tan probado y añejo, Y tan recio en la porfía, Que acaba, Teresa, el día Para empezar uno nuevo, Y ¡en el alma siempre llevo Encendida el ansia mía!
13espinela
El alma, que ambiciona un paraíso, buscándolo sin fe; fatiga, sin objeto, ola que rueda ignorando por qué.
21silva_arromanzada
Se ven al rayar el día En los pintados cristales, Cómo luchan a porfía La claridad que lucía, Y los rayos matinales.
29quintilla
Dos polos tiene la tierra, universal movimiento; la mejor vida el favor, la mejor sangre el dinero.
11cantar
Esto os doy, aunque veo que es aqua en ruda mano. El don es pobre y llano; alto y rico el deseo. Cisne de amor parezco; la voz postrera a vuestro nombre ofrezco.
45sexteto_lira
Verdad es ella, que el fuego De vuestros ojos me abrasa, Y todo prende y arrasa La antorcha del amor ciego; Pero es lo cierto que luego, Fénix, renace el amor, Y de un campo sin verdor Hace un raudal de fortuna, Y de un sepulcro, una cuna, Y ¡de una piedra, una flor!
13espinela
Deseo mudar estado: no de amor a desamor, mas de dolor a dolor, y todo en un mismo grado. Y aunque fuese de una suerte el mal, cuanto a la sustancia, que en sola la circunstancia fuese más o menos fuerte;
28copla_castellana
Este paisaje tiene algo irreal todo está vivo.
8haiku
La vi como la imagen que en leve ensueño pasa, como el rayo de luz tenue y difuso que entre tinieblas nada. Me sentí de un ardiente deseo llena el alma: ¡como atrae un abismo, aquel misterio hacia sí me arrastraba!
21silva_arromanzada
Allá por esas quebradas verás balando corderos, por acá muertos carneros, ovejas abarrancadas, los panes todos comidos y los vedados pacidos, y aun las huertas de la villa: tal estrago en Esperilla nunca vieron los nacidos.
38novena
BAJO la bendición de aquel santo ermitaño, El lobo pace humilde en medio del rebaño, Y la ubre de la loba da su leche al cordero, Y el gusano de luz alumbra el hormiguero, Y hay virtud en la baba que deja el caracol Cuando va entre la yerba con sus cuernos al sol.
39sexteto
Eneas ver ha podido a la Cipriana, mas cuando se le demostró, cazando cerca los reinos de Dido: Por cual casa mi sentido a la Eneyda recordando, las vi ser ellas del bando de la madre de Cupido.
40copla_arte_menor
de aquel Orden ilustre, que del cielo la Reina, y de Jesús el nombre juntaron para auxilio de sus guerras.
17endecha_real
La mesa tenemos puesta, lo que se ha de cenar junto, las tazas del vino a punto: falta comenzar la fiesta. Comience el vinillo nuevo y échole la bendición; yo tengo por devoción de santiguar lo que bebo.
28copla_castellana
Levanta hinchado el mar su turbio espacio En negras olas y movibles montes. Cuando vestidos de tunantes mibes Braman los encontrados aquilones Pero si el blando zéfiro aparece, Y luz remota anuncia el horizonte, Toman las ondas diferente aspecto, Y bien que aun agitadas, se conoce Que es mas blando el impulso que las mueve, Y que a amansar su furia se disponen. Así acontece á los humanos pechos, Según cambian de giro las pasiones, Y así su agitación el ciego Lara Calmó, y en blando lloro desahogóse, Cambiando de repente sus ideas-, Y continuó, sumiso y mas conforme : " Ay, Ñuño! ....amigo Ñuño!....Grato el cielo Aun reparo tal vez á mis enormes Culpas pudiera dar Si tiene vida La hermana de Almanzor—Era tan jóven!" " Por qué no ha de vivir?....Ah! si enterada De que ya libre estoy—viniera....Entonces El agua del bautismo, el santo nudo Que bendice de Dios el sacerdote," "Pudieran, sí, santificarlo todo. De ella una santa hicieran, y la noche En que vivo, tornaran claro dia, Y esperara sin susto el postrer golpe. Calló el anciano, y suspiró , la rienda Soltando á sus falaces ilusiones,' Lleno de vida el venerable rostro, Y de expresivo fuego. Bien conoce. Observándole atento el docto Ñuño., Las regiones extrañas que recorre De su señor la mente ; y que á despecho De todas sus desdichas y aflicciones, Y del curso del tiempo, aun su alma oculta Una pasión antigua, los amores Que las delicias postrimeras fueron De su pecho infeliz. Las reflexiones Que este atisbo al buen Nufio sugería, Lara, tornando áhablar, pronto interrompe. Pues dijo así, sus vagos pensamientos Tomando de repente otros colores : " Era infiel, era infiel y mi cariño Reprobo y criminal. Lo reconoce Harto mi corazón ; mas , ay I su fruto Era inocente, sí.... Me faltan voces" " Para expresar lo que en el alma siento Al recordarme de é l ¿ Con fiero golpe, Le hundió la muerte en el voraz sepulcro, Al punto de nacer? ¿ O en ciega noche De horror, de iniquidad, de idolatría Vive, y blasfema de mi Dios el nombre ? Ñuño'....qué horror!'!¿lal vez hembra infelice En brazos de un infiel ?.... Mi alma se rompe." " En tantos años, ah ! nueva ninguna Ha llegado hasta mí.... Zaide, aquel noble Y valeroso Amir, y que me debe La libertad y vida, corresponde " *'* Mal con su obligación, pues no ha buscado Modo de penetrar hasta la torre, En donde tantos años he vivido. Para darme las nuevas" Atajóle Ñuño en defensa de su amigo Zaide Con gran calor diciendo : " Desconoces " Cuál fué tu situación, si á Zaide culpas, Y olvidas la estrechez y los rigores" "Con que estabasguardado."—"Escierto,Ñuño, Prosiguió La ra, " el cielo me perdone. " Mas tú, ¿ por qué acia Córdoba no fuiste, " En vez de recorrer tantas regiones?" Ñuño le respondió : " T ú , señor, sabes Que no pude tener ni indicio entonces " De los lazos que en Córdoba dejabas; " Y hubiera fuerza dado á las atroces Calumnias, con que viles enemigos Manchar osaron tu glorioso nombre, El que un tu servidor y confidente. Cual yo, á Córdoba fuese." "Tus razones "Son de gran peso, Ñuño," dijo Lara, Y en profundo silencio sumergióse, nclinando el semblante sobre el pecho )ue con la barba venerable esconde.
18romance_arte_mayor
Puedo confesar, que nada hay tan grave que vivir sin ti.
8haiku
digno sujeto será de las orejas del vulgo; popular aplauso quiero, perdónenme sus tribunos.
11cantar
Irá la falsa mujer Que al esposo juró amor, Y el juramento de ayer Empeñó por un placer Al disoluto amador.
29quintilla
En vano busqué a la princesa que estaba triste de esperar. La vida es dura. Amarga y pesa. ¡Ya no hay princesa que cantar!
7serventesio
Por nosotros no abandona, corona Le ponen por tres ochavos, clavos Lleva con fuerza y reluz, Cruz El lucero de más luz por salvar a pecadores le ponen esos traidores corona, clavos y cruz.
0ovillejo
Cuando me atormenta amor con temor, ausencia y muerte, tengo yo por buena suerte vivir con tanto dolor á trueque de esperar verte; pero porque de sufrir no se canse el padecer, finge mi mal un placer que es imposible sentir hasta tornaros a ver.
6copla_real
¡Ay, que te pierdes! Vuelve, Tarsis, vuelve, tierra, tierra, que brama tu navío, hecho prisión y cueva sonorosa de los hinchados vientos.
37estrofa_francisco_de_la_torre
E como el que tal ofigio lo más del tiempo seguía, sirviendo d'aquel [servicio] que a su diesa cumplía, acabó su montería; falagando los sus canes, olvidando sus afanes, cansancio e malenconía.
15octavilla
Si las puertas sabias fueron, en tal robo no callaron; más agriamente clamaron vuestra partida y plañeron; los sus quicios que rugieron más que no los de Tarpea, cuando su fermosa prea con el Metelo perdieron.
40copla_arte_menor
¡Que sin poder saber cómo ni a dónde la salud y la edad se hayan huido! Falta la vida, asiste lo vivido, y no hay calamidad que no me ronde.
24cuarteto
Como los gatos eres, Si fiestas haces , Pues preparas las uñas Para arañarme. No seas gata , Pues la bolsa me tienes Dien arañada.
27seguidilla_compuesta
Ya llegun los pastores nieve en pellicos para cantar al Niño los villancicos
22seguidilla
No hay cosa en este mundo que no se mude, el que hoy está abatido, mañana sube; que la fortuna como viene de prisa, pronto se muda
27seguidilla_compuesta
Y en fin de vuestras acciones aún las mínimas se ven con donaire y sin viento de soplones que mal os parece quien os da un aire.
31estrofa_manriqueña
El que hace un apromesa tenga presente que ha de cumplir sin falta lo que pretende: que tanto obliga, que hasta los enemigos deben cumplirla.
27seguidilla_compuesta
Con el ritmo que vuelan las estrellas acordaba su ritmo la resaca, y peregrina en las doradas huellas fue sobre el mar una nocturna vaca.
7serventesio
El que era pión domador enderezaba al corral, ande estaba el animal bufidos que se las pela... Y más malo que su agüela se hacía astillas el bagual.
12sextilla
Y también la tredentuda, que come los recentales, y no dexa los añales cuando un poco está sañuda, cuido que no tardará de venir y aun tragará también la su partecilla. Dime, aquesta tal cuadrilla, ¿a quien no despantará?
38novena
Si no quisiese bien el hombre a la mujer el Amor no podría tantos presos tener; por muy santo o muy santa que se suponga ser nadie sin compañía quiere permanecer.
9cuaderna_vía
No a tan grande ira cierto provocó la muerte del ciervo al pueblo latino, ni la de la tigre en saña inflamó a los sucesores del Agenorino; ni creo resuello labial viperino más contaminase ninguna ferida que fizo a la gente la espantosa crida, por donde el efecto tramado previno.
41copla_arte_mayor
Compañera mía, no me des más penas, que yo seré un esclabito tuyo jasta que me muera.
26seguidilla_gitana
Uno dice que os dessea y que vos le amáis y os ama; yo no sé si me lo crea, mas assí suena la fama. Ya paresce por razón, si por obra lo ponéis, no errava en el coraçón cuando dixe en mi canción: Quiera Dios no me toquéis.
38novena
Y unas calzas que de rotas ya no pueden atacarse, y unas viejas medias botas que rabian por abajarse:
5cuarteta
¡Soy culpable, Señor, no sé mi culpa; soy misesrable esclavo de mi obras; no sé qué hacer de esta mi pobre vida; tu voz espero!
36estrofa_sáfica
ni aquellos capitanes en las subilmes ruedas colocados, por quien los alemanes, el fiero cuello atados, y los franceses van domesticados;
14lira
No te llames, Cupido, deidad sagrada, pues, tirano, permites crueldades tantas.
22seguidilla