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class label 46
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---|---|
Bajo la sombra del ciprés y el sauce
Llega la espuma del sereno arroyo:
Quieta y callada la natura yace;
¡Ven, mi querida! | 36estrofa_sáfica
|
y tan santo el pensamiento
desta santa pretensión,
aún parece que es razón
ayudar su casamiento. | 19redondilla
|
Cuando el hijo salvaje del desierto
ata su blanca yegua enflaquecida
al fuerte tronco de gigante planta,
y, tregua dando a su mortal fatiga,
cae en el lecho de tostada arena
donde la luz reverberar se mira,
sueña en los verdes campos anchurosos
en que se eleva la gallarda espiga,
dorada por el Sol resplandeciente;
en la plácida fuente cristalina
que le apaga la sed abrasadora;
en la tribu que forma su familia;
en el lejano oasis misterioso
cuya frescura a descansar convida;
y en el harem, poblado de mujeres
bellas, como la luz del mediodía,
que, entre nubes de aromas enervantes,
prodigan al sultán dulces caricias. | 18romance_arte_mayor
|
E no mires mis passiones
y grandes vicios que sygo
tu, señor, y grande amigo;
mas nota bien lo que digo
pospuestas adulaciones:
por lo qual mis atauios
valen menos,
e nin tengo cofres llenos,
nin vazios. | 38novena
|
Cuando más yo te quería,
me presisó el orbiarte,
porque si no me moría. | 30soleá
|
Aunque pierda tiempo en vano,
Dueña, vos me perdonad,
Que cierto de llano en llano
Vos amo por lealtad:
Aunque sé que non gano
Si non seguir voluntad,
En esta fe moriré. | 20septilla
|
En los alambres
golondrina posada:
la del paisaje. | 8haiku
|
Sí, mis oídos la oyeron,
Mis ojos la contemplaron;
Era hermosa y Ia creyeron...
Mis oídos me mintieron
O sus ojos me engañaron. | 29quintilla
|
Va cayendo la noche: La bruma
ha bajado a los montes el cielo:
Una lluvia menuda y monótona
humedece los árboles secos.
El rumor de sus gotas penetra
hasta el fondo sagrado del pecho,
donde el alma, dulcísima, esconde
su perfume de amor y recuerdos.
¡Cómo cae la bruma en en alma!
¡Qué tristeza de vagos misterios
en sus nieblas heladas esconden
esas tardes sin sol ni luceros!
En las tardes de rosas y brisas
los dolores se olvidan, riendo,
y las penas glaciales se ocultan
tras los ojos radiantes de fuego.
Cuando el frío desciende a la tierra,
inundando las frentes de invierno,
se reflejan las almas marchitas
a través de los pálidos cuerpos.
Y hay un algo de pena insondable
en los ojos sin lumbre del cielo,
y las largas miradas se pierden
en la nada sin fe de los sueños.
La nostalgia, tristísima, arroja
en las almas su amargo silencio,
Y los niños se duermen soñando
con ladrones y lobos hambrientos.
Los jardines se mueren de frío;
en sus largos caminos desiertos
no hay rosales cubiertos de rosas,
no hay sonrisas, suspiros ni besos.
¡Como cae la bruma en el alma
perfumada de amor y recuerdos!
¡Cuantas almas se van de la vida
estas tardes sin sol ni luceros! | 18romance_arte_mayor
|
En cambio ¡qué jubilosas,
qué frescas y qué elegantes
están las jóvenes rosas!
¡Qué indevotos sus amantes! | 5cuarteta
|
Muero en ver que se despiden
mis ojos de su alegría,
y es tan grande el agonía
que estas lágrimas me impiden
decirte lo que querría.
Estos mis ojos, zagal,
antes que cerrados sean
ruego yo a Dios que te vean,
que aunque tú causas su mal
ellos no te lo desean." | 6copla_real
|
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado. | 12sextilla
|
Sueño con verme en tus ojos.
Antojos.
Con tu boca me enloqueces.
Mis preces.
¡Ay, qué tormento los celos!
Desvelos.
Busco el final de mis duelos.
Si tú me ignoras, encanto,
me mato, mira mi espanto:
antojos, preces, desvelos. | 0ovillejo
|
Vino de la viña de la boca loca,
Que hace arder el beso, que el mordisco invoca,
¡Oh los blancos dientes de la loca boca! | 42terceto_monorrimo
|
Recuerda que tú existes tan sólo en este libro,
agradece tu vida a mis fantasmas,
a la pasión que pongo en cada verso
por recordar el aire que respiras,
la ropa que te pones y me quitas,
los taxis en que viajas cada noche,
sirena y corazón de los taxistas,
las copas que compartes por los bares
con las gentes que viven en sus barras.
Recuerda que yo espero al otro lado
de los tranvías cuando llegas tarde,
que, centinela incómodo, el teléfono
se convierte en un huésped sin noticias,
que hay un rumor vacío de ascensores
querellándose solos, convocando
mientras suben o bajan tu nostalgia.
Recuerda que mi reino son las dudas
de esta ciudad con prisa solamente,
y que la libertad, cisne terrible,
no es el ave nocturna de los sueños,
sí la complicidad, su mantenerse
herida por el sable que nos hace
sabernos personajes literarios,
mentiras de verdad, verdades de mentira. | 35unknown
|
Entre la arena cogiendo
conchas y piedras pintadas,
muchos cantares diciendo
con el son del ronco estruendo
de las ondas alteradas.
Junto al agua se ponía,
y las ondas aguardaba,
y en verlas llegar huía,
pero a veces no podía
y el blanco pie se mojaba. | 6copla_real
|
Si es cierto lo que se espera,
es un consuelo en verdad;
pero siendo una quimera,
en tan frágil realidad
quien espera desespera. | 29quintilla
|
¿Y a este teclado tan rengo
que tengo?
Lo he condenado a quemarme
y atarme
con hilados sin enredos
los dedos.
Porque si afirmo mis credos,
y escribirte ya no cabe,
no queda opción ya se sabe:
¡Tengo que atarme los dedos!
| 0ovillejo
|
Es un sueño la vida,
pero un sueño febril que dura un punto:
cuando de él se despierta,
se ve que todo es vanidad y humo...
¡ojalá fuera un sueño
muy largo y profundo;
un sueño que durara hasta la muerte!...
yo soñaría con mi amor y el tuyo. | 21silva_arromanzada
|
Amo la lluvia
la desearía siempre
sobre mi cara | 8haiku
|
Turbando su triste calma,
si en el fondo de mi alma. | 3couplet
|
Yo: que en la mano tiene todo a su voluntad;
él: que domina al mundo su poder, y es verdad.
Si saben comprender la Santa Trinidad,
de las leyes merecen tener seguridad.” | 9cuaderna_vía
|
Haces grande merced en despreciarme,
en mostrárteme dura y desdeñosa
y en ser para conmigo escrupulosa
me haces merced pensando tú injuriarme. | 24cuarteto
|
Muchas veces se paraba
vueltos los ojos al suelo,
y con tan gran desconsuelo
otras veces los alzaba,
que los hincaba en el cielo.
Diciendo, con más dolor
que cabe en entendimiento:
pues el bien trae tal descuento,
de hoy más bien puedes, amor,
guardar tu contentamiento. | 6copla_real
|
Es el fin del bien que espero
alcanzar vuestro querer,
que sin vos querer no quiero
bien ni gloria ni placer; | 5cuarteta
|
Allí un gringo con un órgano
y una mona que bailaba,
haciéndonos reir estaba
cuando le tocó el arreo-
¡tan grande el gringo y tan feo!
lo viera cómo lloraba. | 12sextilla
|
Porque todo era jugarle
por los lomos con la espada,
y aunque usté no hiciera nada
lo mesmito que en Palermo,
le daban cada cepiada
que lo dejaban enfermo. | 12sextilla
|
A mí no convienen aquellos favores
de los vanos dioses, ni los invocar,
que vos, los poetas y los oradores
llamados al tiempo de vuestro exhortar;
que la justa causa me presta logar,
y maternal rabia me vuelve elocuente,
porque a ti, preclaro y varón esciente,
explique aquel hecho que puedas contar. | 41copla_arte_mayor
|
La mayor cuita que haber
pueda ningún amador
es membrarse del placer
en el tiempo del dolor;
e ya sea que ela rdor
del fuego nos atormenta,
mayor dolor nos aumenta
está tristeza y langor. | 15octavilla
|
L[a]s quales de que me vieron
e sintieron mis pisadas,
una a otra se bolvieron
bien como maravilladas.
"¡O ánimas afanadas,
(yo les dixe), que en Espa[ñ]a
nasgistes, si no me enga[ñ]a
la fabla, o fuystes criadas! | 15octavilla
|
Duerme, la oreja en acecho,
como un lobo montaraz
el silencio suspicaz
del precipicio en acecho...
Frunce el erial su despecho,
mientras disuelve y rehúsa
el borbollón de la esclusa
monólogos de esquimal,
en gárgaras de cristal
y euforias de cornamusa. | 13espinela
|
Y ¡qué indios, ni qué servicio!
no teníamos ni Cuartel-
Nos mandaba el Coronel
a trabajar en sus chacras,
y dejábamos las vacas
que las llevara el infiel. | 12sextilla
|
Bien me lo esía mi mare:
Cabrita que tira ar monte
no hay cabrero que la guarde. | 30soleá
|
Chiquiya, ¡balientemente
dejaste tú mi queré
por er desí de la gente! | 30soleá
|
¡Malhaya er dinero,
que er dinero es causa
que los sacáis de quien yo camelo
no estén en mi casa! | 26seguidilla_gitana
|
Con esta envidia que digo
y lo que paso en silencio,
a mis soledades voy,
de mis soledades vengo. | 11cantar
|
después de tanta hazaña
a que no puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
vino la Muerte a llamar
a su puerta | 12sextilla
|
Dulce escollo, que aun ahora
raya el sol que no se ve:
viva mi fe.
Si eres alabastro el pecho,
cuando no cristal el pie,
viviré como desdichado,
viviré,
moriré. | 4octava
|
Patriarcas que fuisteis la semilla
del árbol de la fe en siglos remotos:
al vencedor divino de la muerte
rogadle por nosotros. | 21silva_arromanzada
|
¿De dónde tantos dolores?
Amores.
¿Y cuánto cuesta esa herida?
La vida
¿Te mueres si no te quiero?
Me muero.
Y es así, pues nada espero,
que esta ausencia es mi condena:
todo cuanto me enajena
amor es, la vida muero. | 0ovillejo
|
En tan rico empobrecer
el apellido segundo
viene mal
y es muy claro a mi entender
que no hay águila en el mundo
sin caudal. | 31estrofa_manriqueña
|
Si la amistad pretendes
sea durable,
visita a tus amigos
de tarde en tarde;
pues la más tierna
suele tal vez perderse
con la frecuencia. | 27seguidilla_compuesta
|
No menos hermosa y más dolorida
que aquella Tirana, cuando al despedir
de los iliones y vio recogida
la gente a las naves en son de partir,
la lengua despierta la cuarta a decir
comenzó: «Poeta, mi mala fortuna
no pienses de ahora, mas desde la cuna
jamás ha cesado de a mí perseguir. | 41copla_arte_mayor
|
Elegía, Granada, la dicen las estrellas
que horadan desde el cielo tu negro corazón.
La dice el horizonte perdido de tu vega,
la repite solemne la yedra que se entrega
a la muda caricia del viejo torreón. | 32quinteto
|
Así tan herido de muerte
De la flecha infeccionada,
De golpe terrible y fuerte,
Que de mí no supe nada.
Por lo cual me fue ocultada
De mí la visión que vía,
y se tornó mi alegría
En tristura infortunada. | 40copla_arte_menor
|
Cobra entonces movimiento
Todo el templo y se estremece,
Cual fantasma de un momento
Que alza el rostro macilento
Y al punto, se desvanece. | 29quintilla
|
Bonito es eso imagina
el que pone en vuestros pasos
advertencia
que alcalde sois bonacina
pues hacéis todos los casos
de conciencia. | 31estrofa_manriqueña
|
Quita del arco la mortal saeta,
deja mi pecho que con fuerza heriste,
cuando la triste, la divina ninfa
me dominaba. | 36estrofa_sáfica
|
Quítate e mi presensia,
no te baya a suseé
lo que er demonio no piensa. | 30soleá
|
Trabaja la dura tierra,
labor de sudor y llanto
derramado.
El alma triste se aterra
y entona callado canto
soterrado. | 31estrofa_manriqueña
|
En dos edades vivimos
los propios y los ajenos:
la de plata los extraños
y la de cobre los nuestros. | 11cantar
|
Mariposa ¡tú! qué vas de flor en flor,
¡tú! me provocas,
mariposa que enamoras,
vuela alto, vuela,
regresa a tu nido,
ten cuidado con el viento,
eres ligera volando,
pura seducción eres
moviéndote de flor en flor
moviendo tus alas al son del viento
me haces sentir celos.
En tus alas cobijas mis versos,
en tu corazón, mi desconcierto. | 35unknown
|
Es noche de fiesta, y el baile de trajes
ostenta su gloria de triunfos mundanos.
La divina Eulalia, vestida de encajes,
una flor destroza con sus tersas manos. | 7serventesio
|
¡Tened, por amor de Dios,
que me pico! ¡Pies, teneos!
¡Ay, Jesús! ¡Qué bamboleos!
No más, pies; oigámonos. | 19redondilla
|
Amor, cariño,
dime qué puedo hacer
sin tus abrazos. | 8haiku
|
Pues por su honra y estado,
en otros tiempos pasados,
¿cómo se hubo?
Quedando desamparado,
con hermanos y criados
se sostuvo.
Después que hechos famosos
hizo en esta misma guerra
que hacía,
hizo tratos tan honrosos
que le dieron aun más tierra
que tenía. | 31estrofa_manriqueña
|
No digo que sí o que no.
Digo que si Dios existe
no tiene perdón de Dios. | 10tercetillo
|
¡Qué tiempos, qué movimientos,
qué caminos tan extraños,
qué engaños, qué desengaños,
qué grandes contentamientos
nacieron de tantos daños!
Todo lo sufre una fe
y un buen amor lo asegura
y pues que mi desventura
ya de enfadada se fue
ven, ventura, ven y tura. | 6copla_real
|
Pensamiento mío,
¿adónde te vas?
No vayas a casa de quien tú solías,
que no pués entrar. | 26seguidilla_gitana
|
Yo sé cuál el objeto
de tus suspiros es;
yo conozco la causa de tu dulce
secreta languidez. | 21silva_arromanzada
|
Un muro de malos sueños
me separa de los muertos. | 3couplet
|
La zozobra cruel entra en las naves
Y a los guerreros en la lid persigue,
Más que el ciervo veloz, y más que el viento
Cuando lanza las nubes. | 37estrofa_francisco_de_la_torre
|
Este desde tiempo de su gran pericia
amó las virtudes y amaron a él;
venció la pereza con esta codicia
y vio los preceptos del Dios Emanuel.
Sintió las visiones del buen Ezequiel
con toda la ley de sacra doctrina;
pues, ¿quién supo tanto de lengua latina?,
que dudo si Maro iguala con él. | 41copla_arte_mayor
|
Er queré quita er sentío:
lo igo por esperiensia,
porque a mí ma suseío. | 30soleá
|
De mozo te conocí,
en este puesto secreto
vigilante,
como un ávido neblí,
por zarpar pugnando inquieto
desde el guante. | 31estrofa_manriqueña
|
Hallarás muchas garzas, sin encontrar un huevo,
remendar bien no es cosa de cualquier sastre nuevo:
a trovar locamente no creas que me muevo,
lo que Buen Amor dice, con razones te pruebo. | 9cuaderna_vía
|
Sicilia, en cuanto oculta, en cuanto ofrece,
copa es de Baco, huerto de Pomona;
tanto de frutas ésta la enriquece,
cuanto aquél de racimos la corona.
En carro que estival trillo parece,
a sus campañas Ceres no perdona,
de cuyas siempre fértiles espigas
las provincias de Europa son hormigas. | 2octava_real
|
En tal guisa se partieron
los poetas todos cuatro
del selvático teatro,
desde el hecho que expidieron:
El camino que siguieron
No recuenta mi tratado,
y basta lo procesado
para el acto que dijeron. | 40copla_arte_menor
|
Pasó un día y otro día,
un mes y otro mes pasó,
y el tercer año corría;
Diego a Flandes se partió,
mas de Flandes no volvía. | 29quintilla
|
Mas ¿cómo perseveras,
oh vida, no viviendo donde vives,
y haciendo, porque mueras,
las flechas que recibes,
de lo que del amado en ti concibes?
| 14lira
|
Tendrás, si feliz fueres,
amigos muchos
pero en los contratiempos
no hallarás uno:
porque sus miras
son el coger las rosas
sin las espinas. | 27seguidilla_compuesta
|
Gloria al Héroe Britano
que nos ayuda
a expurgar nuestra patria
de tan vil chusma
Perpetuos himnos
al Lord siempre triunfante
jamás vencido | 27seguidilla_compuesta
|
Para las fiestas de mayo
prometió la bella Fili
sus favores a un zagal
que importuno la persigue.
Huye a sus ruegos en tanto
con engañosos melindres,
y mil palabras le empeña
para ninguna cumplirle.
Loco el zagal en sus ansias,
tan crédulo como simple,
las gracias de la pastora
como finezas recibe.
Toda la aldea es donaires,
todos de Pascual se ríen,
él solo se goza ufano
de las burlas que le dicen.
¡Oh, bien haya su inocencia,
y más el despejo libre
de la sutil zagaleja,
que tan bien un amor finge!
Pascual cuenta los instantes
y la tardanza maldice
de los días que se duermen
del abril en los pensiles.
Sólo Antón, que en crudos celos
arde, para divertirse
a cada paso esta letra
al loco amante repite:
«Vendrá mayo, zagal necio,
y con sus fiestas vendrá
tu desengaño y desprecio
y la risa del lugar.
Los días que confiado
quieres ora adelantar,
un tiempo te ha de pesar
que hayan tan presto llegado.
Déjalos, Pascual, estar;
y no te anticipes necio
tu desengaño, un desprecio,
y la risa del lugar. | 1romance
|
Ar[qu]iles e Poligena,
[e] Ypremestra con Lino,
e la doña de Rrevena,
de quien fabla el Florentino,
vimos con su amante, diño
de ser en tal pena puesto ;
e vimos, estando en esto,
a Semeramís con [N]ino. | 15octavilla
|
Y Diana me depara
en todo tiempo venados,
y fuentes con agua clara
en los valles apartados;
y arcos amaestrados,
con que hago ciertos tiros,
y centauros y sátiros
me demuestra en los collados. | 15octavilla
|
¡Sí! estoy enfermo,
enfermo de amor
de un amor eterno,
estabas ahí desde
hace tiempo,
yo te vi y caí enfermo,
de la fiebre casi muero,
por ver tu suave piel,
tú larga cabellera,
tus bellos ojos negros.
Mi corazón cabalga fuerte
mi sangre hierve
¿enfermo por ti? ¡No!
enfermo de ¡ti!
de tu respiración
de tus besos.
A tu lado, mi corazón
bombea la abrasadora sangre
que corre por mis venas,
pero si mis ojos no te ven,
mi corazón se para sin remedio,
al fin y al cabo, ¿Qué más da?
contigo o sin ti,
de amor estoy enfermo. | 35unknown
|
¡Cuántas noches, mi torre, no te he visto
a la unción de la Luna melancólica
despertar en mi pecho los recuerdos
de tras la vida! | 36estrofa_sáfica
|
Pasando la vida en mundanos placeres,
Dilapidando en vicios toda heredad,
Después de tantos vaivenes ¿Qué tu eres?
Una sombra, guiñapo, vacío, soledad. | 7serventesio
|
Cada febrero no brilla
Sevilla.
El cielo de acero llora
y añora
tan resquebrajada suerte...
¡Su muerte!
Y en pena su tierra advierte...
que no tiene a más decir
por todo el Guadalquivir...
¡Sevilla añora su muerte! | 0ovillejo
|
Al salir de tu casa,
blanca doncella,
acuérdate que sales
como una estrella .... | 22seguidilla
|
La esperanza es un árbol
el más frondoso,
y de sus bellas ramas
dpeneden todos. | 22seguidilla
|
Qué cosa sea el gusto,
nadie lo sabe,
ni de dónde depende,
ni de qué nace;
pero se advierte
que se quiere por gusto
lo que se quiere. | 27seguidilla_compuesta
|
Al carro de los triunfos
del Lord Wellington
te hemos de ver atado
vil Napoleón
Ya llegó el tiempo
del triste desenlace
de tus enredos | 27seguidilla_compuesta
|
Porque allí llego sediento,
pido vino de lo nuevo,
mídenlo, dánmelo, bebo,
págolo y voyme contento.
Esto, Inés, ello se alaba,
no es menester alaballo;
sólo una falta le hallo:
que con la priesa se acaba. | 28copla_castellana
|
En medio de espaciosas alamedas
Guadalquivir en sus risueñas aguas
De la Almunia el magnífico palacio
Como en luciente espejo retrataba,
Donde en un gran salón, cuya techumbre,
De oro cubierta y de labores varias,
En cien colunas de lustroso mármol
Con ricos capiteles descansaba,
Cuyos frisos, recuadros y cornisas
En esmaltes lucientes adornaban
Sentencias del Coran, y cuyo suelo
Era bruñidos jaspes de Granada;
A los tiernos esposos y á los padres
Recibe grato el cordobés monarca :
Tiende á Almanzor la mano, á Omar saluda,
Y á Abdimelik y á Habiba afable abraza :
del regio turbante desprendiendo
Magnífico joyel, do se encerraba
De gran virtud un talismán antiguo,
A la modesta novia lo regala.
Ante el soberbio pórtico anchuroso
un cuadrado jardin, al que cercaba
Verja de limpio bronce, se estendía.
Todo alfombrado de olorosas plantas
Donde, entre cuatro sonorosas fuentes,
Que en conchas de alabastro recobraban
Los copiosos raudales que esparcían,
Iris formando por las frescas auras,
A la sombra de un toldo delicado
De leve seda de color de grana.
En tápeles y alfombras levantinas
El soberbio feslin dispuesto estaba.
En él ocupa el preeminente puesto
Hixcen el poderoso : seis esclavas
Sobre él suspenden el soberbio palio,
Que en seis varales de marfil descansa
Y á ambas partes dos niños berberiscos.
En pebeteros de bruñida plata,
Queman preciosos bálsamos de Persia,
Y perfumes suavísimos de Arabia.
Toman asiento á un lado y otro lado.
De brocado en costosas almohadas,
Los esposos, ios padres, las doncellas,
Los mancebos también, las nobles damas,
Y los Amires, y Giafar con ellos.
De Córdoba Wacir l6, del regio alcázar
Supremo alcaide, y padre de Kerima ,
Del coro de doncellas capitana.
Allí el joven Zeir también se asienta,
A quien por su señor Túnez aclama
Con todos los excelsos personajes
Que al cordobés imperio lustre daban;
Y mientras los esclavos les presentan,
En fuentes de oro y de cristal en tazas,
Los manjares y frutas exquisitas,
Licores y conservas delicadas;
Los ilustres ingenios la alta gloria
De Hixcen en nobles versos celebraban,
De Almanzor y de Omar justos loores
A la excelsa virtud y á las hazañas ;
Y la beldad de la modesta Habiba,
De Abdimelik la venturosa llama,
El poder celestial de la hermosura,
Y del feliz amor las alabanzas.
Allí cantaste tú, morisco Homero,
Jusef-Aben-Harum, al son del arpa ;
Tú, cuyo claro ingenio inmortalizan
Ambos poemas de l a guerra y caza.
Asunto de tu canto los amores
Fueron de Halewa hermosa, y tus desgracias,
Y lágrimas piadosas arrancaste,
Y lágrimas vertiste al recordarlas.
También Aben-Isá, que en el oriente
Consiguió por su verso ilustre fama,
Y Alhasan, y Albuker allí cantaron,
Y Lobna bella, y el anciano Obada".
En los bosques, praderas y jardines
Mesas cubiertas de manjares hallan
El pueblo, los cautivos, los esclavos,
Los monteros del rey, su noble guardia.
Y hierve entre los árboles y flores
La inmensa muchedumbre; y por el aura
Cunde la voz del popular contento
Al confuso rumor de orquestas varias.
Cubren el rio y su cristal esconden,
Con toldos y vistosas enramadas,
Y flámulas de seda y gallardetes,
Lijeros botes y movibles barcas.
Desierta quedó Córdoba aquel dia,
Y en silencio sus calles y sus plazas,
Que en los jardines plácidos de Almunia
Toda su población gozosa estaba.
El sol, á su pesar, siguiendo el curso
Que el dedo omnipotente le señala,
Se hundió en el mar atlántico, y la luna
En todo su esplendor suplió la falta.
Acabado el banquete se cubrieron
Los cuatro frentes del inmenso alcázar,
Y del parque las verjas, y del bosque
Los árboles de ardientes luminarias.
Y en tropel ordenado comenzaron
Por todos lados bulliciosas danzas,
Donde ciases y nombres confundidos,
Todo era regocijo y algazara. | 18romance_arte_mayor
|
Deja que afuera, por siniestro caso,
En son medroso la tormenta brame,
Y el peregrino a nuestra puerta llame,
Treguas cediendo al fatigado paso. | 24cuarteto
|
Esta de Sibila del su nascimiento
fue jamás nodriza, hasta la sazón
que, como decena, por merecimiento
es ya del colegio del monte Helicón.
Esta, como fija, sucede a Catón,
y siente el secreto de sus aforismos;
esta de los cielos hasta los abismos
comprende las cosas y sabe qué son. | 41copla_arte_mayor
|
Los invisibles átomos del aire
en derredor palpitan y se inflaman;
el cielo se deshace en rayos de oro
la tierra se estremece alborozada.
Oigo flotando en olas de armonía
rumor de besos y batir de alas:
mis párpados se cierran...¿Qué sucede?
¡Es el amor que pasa! | 21silva_arromanzada
|
Cazador entre los pinos,
al acecho de torcaces.
Otoñada.
Tus recuerdos son caminos
que regresan pertinaces
a la nada. | 31estrofa_manriqueña
|
Ya las mayores dos, casadas siendo,
cada cual con un rey vive contenta,
y en el matrimonial yugo viviendo
parece que mayor descanso sienta;
sola quedaba Psique, que plañiendo
con su padre se está muy descontenta,
porque por su beldad maravillosa
ninguno osa pedirle por esposa. | 4octava
|
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía!, Y tú me lo preguntas?
Poesía ... eres tú. | 36estrofa_sáfica
|
Pastora, dame licencia,
que diga que mi cuidado
sientes en el mismo grado,
que no es mucho en tu presencia
mostrarme tan confiado.
Pues Diana, si es así,
¿cómo puedo yo partirme?,
¿o tú cómo dejas irme?,
¿o cómo vengo yo aquí,
sin empacho a despedirme? | 6copla_real
|
Vuela mi estrecha y débil esperanza
con flacas alas, y aunque sube el vuelo
a la alta cumbre del hermoso cielo,
jamás el punto que pretende alcanza. | 24cuarteto
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El que siembra alcachofas,
espinas coge;
el que cría colmenas,
la miel se come | 22seguidilla
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Vos, estrellas, también me vistes solo,
fiel compañero del silencio vuestro,
andar por la callada noche lleno
de sospechosos males. | 37estrofa_francisco_de_la_torre
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¿De dónde venís. Amor,
vencido y desbaratado?
La color traís perdida,
todo venís demudado.
¿Qué's del arco y las saetas
que tanto mal han causado?
Sin velo vienen los ojos
y el carcaj despedaçado;
las alas traís sin pluma,
descompuesto y malparado;
herido venís de amor,
el pecho traís llagado.
¿En qué batalla os hallasteis,
que salís tan maltratado?
Contáme vuestra fortuna,
decidme qué habéis pasado."
El Amor, cuando esto oyera,
desvalido y desmayado,
con sospiros congojosos,
con un llanto apasionado,
dijo; "No me lloréis, madre,
no merezco ser llorado,
Mayor es mi buena suerte
quel mal, aunques extremado.
Envidia tenga de mí
quien no lo hobiere probado:
tan sabroso mal, señora,
bien merece ser llamado.
La causa de mis enojos
fue que, andando descuidado,
alcé los ojos al sol,
sin velo, mal avisado.
Viendo tanta hermosura,
gracia y valor extremado,
quedé vencido y subjeto,
de libertad despojado.
Más que'sto merece el sol;
con la causa estoy pagado;
contento estoy de mi mal,
pues es tan bien empleado.
La ocasión de mi congoja,
de mi dolor y cuidado,
es amar sin esperança
de llegar a ser amado.
Sólo este recelo hace
mi vivir apasionado.
Dichoso fuera mi mal,
yo más bien aventurado
si alguna señal hallase
para vivir confiado,
o holgara el sol siquiera
de me ver vivir penado.
Mas ¡ay!, que'n dar luz al mundo
ocupa sólo el cuidado;
ni de mi bien ni mi mal
poco ni mucho se ha dado,
y así conviene que muera,
amando, desesperado. | 1romance
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Montes de escombro y desiertos
No ciudades populosas,
Ya se ven;
¿Qué es de Valencia y sus huertos?
¿Y Murcia y Játiva hermosas?
¿Y Jaén? | 31estrofa_manriqueña
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muero por la bella Elena.
No diga tal, que es pecado.
Si es voluntad de casado,
para santo fin se ordena; | 19redondilla
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A la lengua del agua
lisonjas oye,
y aun su báculo seco
le echaba flores;
su vara
convertida vio en palma;
no admiren
que convierta gentiles
su asombro,
pues convierte los troncos.
| 16chamberga
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Y como todo el que olvida
es de salud un dechado
después que te hube olvidado
volví otra vez a la vida.
Aún vivo muerto, querida,
pensando con hondo hastío
que tú, en vez del canto mío,
oirás, al morir, mañana:
-"CUCU, cantaba la rana.
CUCU, debajo del río." | 13espinela
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